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Ha llovido mucho desde que en 1988 el Banco Bilbao de José Ángel Sánchez Asiaín y el Vizcaya de Pedro Toledo firmaran su fusión dando a luz a las siglas BBV, que en 1999 se completaron con la 'A' de Argentaria. Fue una operación que tuvo lugar, además, después de la última OPA hostil que ha visto el sector de la banca en España, la de 1987. El Banco Bilbao intentó comprar entonces sin éxito el Banesto de Mario Conde.
La operación que este jueves ha lanzado el BBVA sobre el Sabadell, convirtiendo en hostil la oferta de absorción que rechazó el consejo de administración de la entidad catalana esta semana, rememora esos tiempos después de 37 años. Si llegara a materializarse, uno de sus efectos sería el de seguir avanzando en una línea en la que el BBVA continuará diluyendo su sello vasco.
Y es que en todo ese tiempo una dinámica constante ha sido la pérdida de peso vasco en el consejo de administración del BBVA, hasta el punto de que en la actual composición del órgano de gobierno del banco, no hay ninguno. La última fue la bilbaína Susana Rodríguez Vidarte, que terminó el mandato el año pasado. Y como consejeros ejecutivos ejecutivos hay que retrotraerse a 2009, cuando José Ignacio Goirigolzarri, abandonó el puesto de consejero delegado. El actual presidente de CaixaBank completa, junto al alavés Román Knörr, la representación vasca en los últimos 15 años.
Actualmente, aunque no en el consejo, solo queda un hombre orginario del País Vasco en los altos puestos directivos, Peio Belausteguigoitia, que, eso sí, desempeña uno de los papeles más importantes dirigiendo el negocio en España.
No deja de ser un movimiento natural ante el crecimiento internacional de los mercados y la importancia creciente en el negocio de otras áreas geográficas -como México- que se han ido reflejando en la identidad del banco. Eso sí, manteniendo su sede social en Bilbao, cosa que solo peligró en un par de ocasiones durante la presidencia de Francisco González. Precisamente en el mandato de 'FG' fue cuando cristalizó la salida de las familias de Neguri del consejo tras el escándalo de las cuentas irregulares en Jersey de 2002.
El caso es que el banco que surgiría de la OPA hostil lanzada por el BBVA sobre el Sabadell ahondaría en esa senda. El peso vasco se diluiría por la presencia de Cataluña con una importante sede operativa en Barcelona y una gran estructura en esa comunidad autónoma. El otro polo que diluiría el contenido vasco del nuevo BBVA-Sabadell está en México. Por un lado, porque es un mercado en crecimiento exponencial que representó ya el 46,7% del margen bruto de negocio del BBVA el pasado año. Así, en 2023 generó un beneficio neto atribuido de 5.340 millones, por los 2.755 del mercado español.
Es un crecimiento que se hace notar también en el peso del consejo del BBVA que cuenta ya con dos mexicanos. Por un lado, la que fuera vicepresidenta de Bank of America Merrill Lynch, Sonia Dulá, que se incorporó el año pasado, precisamente en lugar de Susana Rodríguez Vidarte; y por otro, Carlos Salazar. El empresario reforzó su posición en el BBVA el pasado verano con la adquisición de acciones por 11 millones de euros. Un movimiento que le ha convertido en titular del 0,04% del banco por delante del presidente, Carlos Torres (0,03%), y del CEO, Onur Genç (0,02%). Es por lo tanto el principal accionista a título individual.
En el Sabadell es también un mexicano el máximo accionista a título individual. Se trata del enigmático David Martínez Guzmán, que tiene un 3,56% de las acciones, solo por detrás de Black Rock (4,1%). Un hombre muy discreto que invirtió en hacer borrar su historial en internet y que comenzó su fortuna comprando deuda a países en vías de desarrollo. Su papel en la actual situación se vuelve más relevante. Los accionistas del banco catalán están muy diluidos, con lo que no hay grupo fuerte de control. De ahí que la posición de Martínez Guzman, junto al fondo Black Rock -también accionista del BBVA-, pueda ser determinantes si acepta la OPA del banco vasco.
Sea como fuere, tras su llegada a la presidencia del BBVA, Carlos Torres sí ha tenido gestos hacia Bilbao. Uno de ellos ha sido la ubicación en la capital vizcaína de las oficinas Next BBVA, con 150 trabajadores que desarrollan las áreas de nuevas tecnologías, 'big data' e inteligencia artificial del banco. Además, Bilbao acoge la entrega de los prestigiosos premios 'Fronteras del Conocimiento' de la Fundación BBVA.
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