«Negociar es ceder y las empresas ya lo hemos hecho, les toca a los sindicatos»

- ¿Cómo valora la huelga?

- Fue un fracaso para todos. Creo que en estos momentos de incertidumbre es lo peor que se puede hacer.

- Ha habido ataques a fábricas. En la anterior ronda de paros -en mayo y junio- incluso se produjeron demandas por estos hechos. ¿Se repetirán?

- Que sepamos, no. Ha habido varias plantas atacadas en una zona muy concreta, el Duranguesado, y en el ámbito del automóvil, que por la continuidad con que debe abastecer a sus clientes sufre en mayor medida. Creo que en el resto de compañías no ha habido un importante seguimiento de los paros. Y si no hubiesen actuado los eufemísticamente llamados piquetes informativos, habría sido bastante inferior.

- ¿Se han sentido abandonados por las instituciones?

- No. Lo que más nos importa es sentirnos arropados por las empresas. A partir de ahí que cada uno diga lo que le parezca. Pero abandonados, no.

- ¿Ha condicionado el apoyo político la cercanía de las elecciones?

- Es difícil de decir. Los empresarios ya se sabe que somos unos pocos y los votantes, muchos.

- Aunque con el paso de los días Urkullu matizó sus palabras, en un primer momento defendió el mayor talante negociador de FVEM.

- El lehendakari tiene buena información y ha dicho lo que piensa. Nada que objetar.

- ¿Ayudaría la mediación política?

- No creo que tenga mucho sentido. Hemos hecho nueve propuestas, a pesar de lo que digan las centrales, que no se han movido desde el mes de mayo. Cualquier mediación, con una postura inamovible, no va a lograr nada.

- La pelota está en su tejado, según los sindicatos.

- A la última oferta se nos respondió con un rotundo 'no', y dos no negocian si uno no quiere. Deseamos dialogar en condiciones normales, no como hasta ahora: 'Aceptad lo que estamos pidiendo', bajo la amenaza de una huelga ya convocada. Hablemos, negociemos, movámonos todos y tomémonos tiempo para alcanzar un acuerdo. Y si no es así, sean libres de promover una huelga, no antes.

- ¿Van a llamarles?

- No nos importa llamar o que nos llamen. Estamos recabando esta semana la visión de las empresas, que son quienes deciden, y después dedicaremos un par de días a reflexionar sobre las impresiones que nos trasladen y resolver en qué dirección avanzar.

- Recalcan que si las centrales no flexibilizan su postura no habrá avances.

- No podemos aceptar lo que exigen en su totalidad. Negociar es ceder y nosotros ya lo hemos hecho. Les toca a ellos.

- Insisten en que no lo harán.

- Si no ceden, no hace falta ni sentarse. Les llamaríamos cuando hubiésemos aceptado todas sus propuestas contra nuestros principios.

- Con posturas enconadas, pero toca reunirse.

- Sí, pero se supone que si nos sentamos es para modificar ambas partes nuestras posiciones.

- ¿La patronal está abierta a mejorar algunos apartados a cambio de cesiones? ¿Cuáles serían?

- No procede concretar puntos exactos. El convenio es un acuerdo que no tiene por qué satisfacer totalmente a las dos partes. No tenemos líneas rojas, y ya hemos cedido en algunos puntos. Hemos hecho esfuerzos en cada apartado, habiendo exigencias que no recoge ningún convenio estatal, como los salarios reales. Si los sindicatos ceden en algún capítulo, nosotros también podemos hacerlo.

- ¿La desaceleración puede mermar el margen para concesiones por parte de las compañías y dificultar más la negociación?

- Sin ser alarmante, el crecimiento se frena, particularmente en el metal. Todos deberíamos ser prudentes.

- ¿Peligra la creación de empleo?

- La afiliación a la Seguridad Social en el sector ha disminuido algo en los últimos meses, las inversiones se están ralentizando y sabemos de gente preocupada por la situación que puede generarse si el conflicto se prolonga. Sería una mala noticia que las centrales persistiesen en su intención de alargarlo.

- Solo aceptarán un convenio de eficacia general, a diferencia del firmado hace una década por CC OO y UGT.

- Comisiones Obreras y UGT llegaron a la misma conclusión que FVEM: un convenio de eficacia limitada sería un error en las actuales circunstancias. Lo que se pacte ha de ser extensivo a todas las compañías y trabajadores.

- La mayoría solo es posible con ELA y otra central o el resto sin ELA.

- ELA no firma el convenio del metal desde 1994 y LAB desde 2001. En este tiempo, por cierto, las empresas han seguido subiendo sueldos, los más altos del país con la segunda jornada más baja, y el PIB por habitante de Euskadi está por encima de la media europea, siendo el metal vizcaíno uno de los principales responsables. Nos parece muy injusto que se nos retrate a los empresarios como se está haciendo.

- ¿Buscan los sindicatos un conflicto ejemplarizante en el sector privado?

- Habría que preguntárselo a ellos. Lo que es público y notorio es que ELA siempre ha hablado de confrontación y no ha rubricado un convenio en el metal vizcaíno en 25 años. Queremos firmar un pacto laboral, digno como dicen ellos. La trascendencia de lo que podamos acordar es importante porque podría trasladarse a empresas, a otros territorios.

- ¿Observa división sindical?

- Nominalmente están juntos, pero tengo la sensación de que sus sensibilidades no son las mismas.