¿Un sol naciente para el comercio vasco?

Euskadi espera que la firma del tratado comercial entre Europa y Japón abra posibilidades a la industria -sobre en automoción, máquina herramienta y renovables- de acceso a un mercado «con muchas barreras de entrada»

Jueves, 26 de julio 2018

En tiempos de repliegue proteccionista, noticias como la firma de un tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Japón representa un soplo de aire fresco para la economía mundial. Y para muchas empresas que ven cómo a partir de ahora se les ... puede abrir un mercado que hoy por hoy presenta demasiadas barreras de entrada. Bruselas espera que el acuerdo entre ambas áreas económicas -firmado el pasado día 17 de julio- haga crecer un 17% las exportaciones europeas al país del sol naciente. Y calcula que las empresas del Viejo Continente se ahorren 1.000 millones de euros anuales en aranceles. Será un proceso gradual, aunque Europa cree que el tratado entre en vigor en algún momento del año que viene.

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Casi todos los países y regiones del mundo tienen una balanza comercial negativa con Japón, una auténtica máquina de exportar coches, circuitos integrados, máquina herramienta y todo tipo de recambios industriales. Y que fundamentalmente importa productos energéticos. Euskadi no es una excepción. El año pasado, el intercambio de mercancías entre ambas áreas geográficas supuso tan solo 350 millones de euros. Por poner esa cifra en perspectiva, representa poco más de la vigésima parte de lo negociado entre Euskadi y Alemania, hoy por hoy el principal destino de las exportaciones vascas.

En 2017 las ventas de Euskadi y Japón se elevaron a 128 millones de euros. Y la mitad de ese volumen hay que atribuírsela a una sola industria: Mercedes Vitoria. La mayor empresa implantada en territorio vasco vendió el año pasado a Japón vehículos por valor de 64 millones de euros. La segunda partida en importancia fue la de bienes de equipo (30 millones de euros), especialmente los relacionados con la maquinaria industrial y aparatos eléctricos. El otro lado de la balanza, el de las importaciones, tuvo un peso de 222 millones de euros, de los que la mayor parte (174 millones) correspondió a bienes de equipo, fundamentalmente en el apartado denominado 'otros bienes de equipo', como máquinas generadoras de fuerza, calderas, aparatos y artefactos mecánicos, etc... También se importó maquinaria industrial por valor de 42 millones de euros.

Calidad, servicio y bajo coste

Japón ya era, antes de la firma del acuerdo comercial, es uno de los mercados «a explorar», según la nueva estrategia de internacionalización del Gobierno vasco. Un país, en todo caso, «con muchas barreras de entrada» y al que hay que acudir «con un producto de muy alto valor añadido», considera Alexander Arriola, director general de la Sociedad para Transformación Competitiva (SPRI). Japón exige cumplir, prosigue Arriola, «una serie de requisitos de calidad, de servicio, y también de coste. Es un país difícil, incluso para Alemania, que tiene un gran producto tecnológico».

No obstante, el acuerdo entre la UE y Japón derribará algunas de esas barreras -las arancelarias- para el 99% de los productos japoneses y el 94% de los europeos. Y ahí Euskadi puede aprovechar su potencial en sectores como la automoción. Más allá de los automóviles que salen de Vitoria, en la industria de componentes, que hoy por hoy apenas vende a aquel país producto por valor de 1,5 millones de euros anuales. Arriola destaca que las fábricas vascas relacionadas con la automoción «están haciendo un trabajo importante en cuanto a nuevos modelos de movilidad, como los coches eléctricos o la conducción autónoma. Ahí se puede abrir una ventana importante».

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«Normalmente los sectores más beneficiados suelen coincidir con los que tienen más presencia en el país que, gracias a este acuerdo, incrementan su competitividad», precisan desde las cámaras de comercio vascas. «Y ahí encontramos la automoción, la maquinaria o las manufacturas metálicas, sectores que constituyen la punta de lanza de la economía vasca en el exterior», añaden. No obstante, la Cámara de Comercio de Gipuzkoa considera que la firma del tratado tendrá, en líneas generales, «un efecto limitado» para las empresas del territorio, ya que «además de ser pocas las compañías que exportan al país nipón, la mayoría de ellas ya trabajaba sin aranceles», declaraba la directora de internacionalización, Amaia Ferro, el día después a la firma del acuerdo.

Oportunidad para las renovables y los alimentos

Arriola se declara más optimista. Cree que el producto que demanda Japón es el que produce Euskadi. Además de la automoción y la máquina herramienta -aunque Japón es una potencia en este campo-, otros sectores «pueden tener un futuro muy prometedor en Japón, como las energías renovables, la biotecnología, los alimentos...». Evidentemente, otras comunidades autónomas de España se pueden beneficiar mucho más que la vasca en sectores como el agroalimentario. «Nosotros no tenemos los recursos naturales para generar productos alimentarios a granel. Pero nuestro mercado se puede abrir a aquellos productos de alto nivel», añade el director general de SPRI. «Curiosamente Japón tiene un buen conocimiento y valoración del Made in Basque Country, especialmente en temas culturales y gastronómicos», destacan fuentes de las cámaras de comercio de los tres territorios.

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Lo sabe bien Jon Zubeldia, gerente de Señorío de Astobiza. La bodega de Okondo promocionó sus vinos blancos en el país del sol naciente en una gira el año pasado. Tokio es la ciudad del mundo con más estrellas Michelin, pero Euskadi es la región que más restaurantes de alto nivel reúne en un espacio tan pequeño. Y esa singularidad gastronómica –continúa– es algo que los japoneses conocen y respetan. El nipón aficionado a la buena mesa es un enamorado del País Vasco«, declaraba Zubeldia a este periódico al término de la gira, que le llevó durante 13 días por las principales ciudades de Japón.

Señorío de Astobiza es una de las empresas vascas que aspiran a incorporarse al directorio de compañías que tienen relaciones comerciales con Japón. Son, según el Catálogo Industrial y de Exportadores del País Vasco (CIVEX) unas 70 empresas. Pero sólo ocho de ellas tienen implantación comercial, y tan sólo una produce allí (en Yokohama). Se trata de ZF Trading Aftermarket Ibérica, dedicada a la venta de repuestos y accesorios de vehículos de motor. Se trata, no obstante, de una empresa con sede social en Cataluña, aunque cuenta con una planta productiva en Vitoria.

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«No es, por tanto, fácil seducir al mercado japonés. «Cuesta entrar, en lo que también influye el tema cultural. Ahora bien, preguntas a cualquier empresa vasca que tenga clientes japoneses, te dicen que una vez los consigues, son leales hasta la muerte», sentencia Alexander Arriola, quien anticipa la existencia de «proyectos muy potentes» en los sectores de máquina-herramienta y automoción que aspiran a poner una nueva pica en la tierra del sol naciente.

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