«Mondragon es un buen ejemplo de la glocalización»

La era de la digitalización y de las nuevas tecnologías ha propiciado una descentralización que se aprecia incluso en el sistema financiero, con la irrupción de las criptomonedas, y que se basa en el autoconsumo energético y en el coste marginal casi cero del ciberespacio. «Ahora, establecer pymes tecnológicas es muy barato y cualquiera puede hacerlo», afirma el autor de 'La era de la resiliencia'.

«Un buen modelo es el de Ampo -empresa vasca dedicada a la fabricación de macroválvulas para grandes presas o transporte de líquidos- y el de las cooperativas de Mondragon, porque son mucho más ágiles y fluidas que las grandes corporaciones e incrementan la autosuficiencia del entorno», analiza Rifkin. También prevé el florecimiento de nuevas formas de gobernanza, en muchos casos organizadas en torno a asambleas ciudadanas o a biorregiones, como las que ya se han establecido en Norteamérica o China.

Es un panorama en el que fuentes de energía como el hidrógeno verde, una de las grandes apuestas de Euskadi y del conjunto de España a lomos de los Fondos Next Generation, puede jugar el papel que Rifkin ya previó en 2002, cuando publicó 'La conomía del hidrógeno'. «Aquel año, Romano Prodi y yo creímos que el hidrógeno sería para Europa como el programa espacial para Estados Unidos. Ha tardado 22 años en materializarse y creo que todavía no ha llegado su mejor momento», comenta en una entrevista con EL CORREO. «Será relevante para la industria y para la calefacción, y podemos remodelar la infraestructura de gas para transportarlo, pero creo que aún le faltan 20 o 25 años para que se extienda», vaticina.