
El 'modelo Bizkaia'
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El Estado debe ir mucho más allá de la mera corrección del mercado y «sentarse en el asiento del conductor» para liderarloDías atrás, una de las economistas más influyentes del mundo, Mariana Mazzucato, ha visitado Bilbao con ocasión de un seminario organizado por la Escuela de ... Negocios de la Universidad de Deusto y la Diputación de Bizkaia. La economista italoamericana, una persona extraordinariamente activa, añade a la responsabilidad de su cátedra en la Universidad de Londres, donde ha fundado el Instituto para la Innovación y Orientación Pública, una decidida vocación de consultora en materias de crecimiento inclusivo, innovador y sostenible. Con la Hacienda foral viene trabajando desde 2020 en un proyecto de política fiscal regional, congruente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esta colaboración ha cristalizado ya en un estudio singular que lleva por título 'El Modelo Bizkaia: Alineando la política fiscal con los ODS de Naciones Unidas'.
En su intervención en la biblioteca de la Universidad jesuítica, Mazzucato retomó el hilo central de su pensamiento, que no es otro que el de la función del Estado. El juicio habitual en Occidente sobre el papel del Estado deriva de la teoría de los mercados imperfectos: como regla general, el funcionamiento de los mercados es eficiente y compete al Estado corregirlos solamente cuando se desvía de su pauta de eficiencia habitual.
Para Mazzucato, este planteamiento tradicional es insuficiente y, en cierto modo, humillante. El papel de 'ancila' o instancia de último resorte es incapaz de resolver los enormes fallos actuales del mercado. Muy al contrario, el servicio público debe «sentarse en el asiento del conductor», asumir su nuevo protagonismo e iniciar «misiones» en los distintos ámbitos en los que el mercado se ha mostrado incapaz con su cometido. Debe construir 'catedrales', en el sentido de la «ambición del proyecto y del desconocimiento de los plazos y recursos necesarios en su construcción». Las misiones requieren pensar a largo plazo y una financiación paciente. El Estado debe ir mucho más allá de la mera corrección del mercado. No se trata de enderezar sus fallos, sino de configurarlo, de liderarlo en una acción paralela a la del sector privado, innovando y creando valor.
La intelectual londinense alude al famoso discurso del presidente John F. Kennedy en la Universidad Rice, cuando anunció que el Gobierno de Estados Unidos emprendería «la aventura más peligrosa y grande en la que se haya embarcado el hombre: llevarlo a la Luna y traerlo de regreso a salvo». Así sucedió siete años después, el 20 de julio de 1969. No se trató -razona Mazzucato- de un proyecto con presupuesto calculado y vigilancia pusilánime. Se trataba de «una misión» que debía concluirse a cualquier precio. El proyecto 'Apolo' acarreó el descubrimiento de internet, el desarrollo exponencial del 'software', los modernos teléfonos inteligentes, el GPS y otros avances clave desde la nutrición a las prendas espaciales, aplicaciones geológicas o aerodinámicas que catapultaron la industria tecnológica hasta nuestros días.
A continuación, Kate Roll, profesora del Instituto para la Innovación, entró en el detalle del arriba referido 'Bizcay Model'. ¿Cómo pueden los impuestos y otras herramientas de política fiscal ayudar a promover los ODS de Naciones Unidas? La asociación con el equipo tributario territorial de Bizkaia para explorar esta pregunta dio como resultado el desarrollo de una herramienta de índice compuesto, el 'Modelo Bizkaia', que permite a las autoridades medir en las empresas el desempeño de los ODS en áreas prioritarias para vincularlo con los incentivos fiscales.
El índice propuesto se extiende por 28 áreas de contribución (AC); estas AC están agrupadas en tres prioridades estratégicas regionales, a saber: cambio demográfico, emergencia climática y resiliencia económica, que están vinculadas a diez ODS focales. El índice está diseñado para reconocer diferentes niveles de contribución (por ejemplo, conciencia, acción y logros) dentro de cada CA. La demostración de estas actividades se hará, cuando sea posible, según los estándares de información establecidos.
El modelo proporciona una herramienta tangible y procesable para que las partes interesadas -empresas y Administración- de una región trabajen juntas y conduzcan a la economía regional hacia una dirección sostenible, a través de sus herramientas fiscales. No es fácil evaluar el realismo y el alcance de lo que aspira a ser un gran proyecto colaborativo. Lo que queda fuera de toda duda es el gran entusiasmo profesado por el diputado general, Unai Rementeria, hacia el mismo.
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