Nueva obstáculo en el camino de los inversores en el peor momento posible. Cuando todo apuntaba a que el Ibex-35 podría conseguir con facilidad los 12.000 puntos gracias a un optimismo económico generalizado y a la perspectiva de más bajadas de tipos por ... parte de los bancos centrales, el estallido de las hostilidades en Oriente Próximo ha devuelto a la tierra a las bolsas mundiales.
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Aunque el mercado ya debería estar acostumbrado a elementos externos que pueden entorpecer sus objetivos, el nerviosismo ha vuelto con fuerza a los parqués tras la invasión de Israel al Líbano y la respuesta de Irán con ataques a Israel, a la espera de comprobar si estos movimientos se quedan ahí o, por el contrario, dan lugar al temido escenario de guerra total en la región.
Donde más se está dejando notar el nerviosismo es, como siempre, en el mercado de materias primas, con especial incidencia en los precios del petróleo. El barril de Brent, de referencia en Europa, sigue subiendo con fuerza y este miércoles llegó a superar los 76 dólares, tras escalar un 5% en la jornada anterior, en medio de los rumores que apuntan a que Israel podría estar preparando un ataque sobre infraestructuras de petróleo iraní. Antes del ataque, se movía en los 71 dólares.
Por su parte, las Bolsas intentan recuperar las riendas de la situación y, tras caer un 1,7% el martes, el Ibex-35 se dejó ayer otro 0,55%. Pero, al menos, salvó los 11.600 puntos, con cierta recuperación de la banca, con BBVA y Unicaja como los únicos que cerraron en pérdidas la sesión. Todo apunta a que los inversores aprovecharon el entorno de aversión al riesgo para deshacer posiciones en unos valores que ya han corrido mucho este año y que ahora se enfrentan a nuevas bajadas de los tipos de interés de los bancos centrales... si la tensión geopolítica lo permite.
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En el sentimiento del mercado también está muy presente el signo bajista de Wall Street, afectado también por la huelga de estibadores en EE UU que, de nuevo, abre una amenaza contra la cadena de suministros a nivel global.
«La reacción del mercado está siendo de cautela, no de pánico», indican desde el departamento de análisis de Bankinter. Los expertos recuerdan que el problema de las tensiones geopolíticas son una variable que aparece y desaparece sin aviso. «A eso estaremos sujetos durante años porque las dos guerras abiertas son de desgaste y largo plazo; hay que convivir con ello y, puesto que el fondo de la economía y del mercado son buenos y expansivos, debemos comprar en la debilidad, en momentos de confusión derivada de alguna situación de especial tensión, como ahora, como ayer cuando tuvimos una caída 'por susto'», añaden.
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