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La red de fibra de Euskaltel, que conecta más de un 1,2 millones de hogares entre Euskadi, Asturias y Galicia, es uno de los activos más importantes de la operadora naranja adquirida por MásMóvil el año pasado. Un activo que la compañía dirigida por ... Meinrad Spenger ha dividido en dos, por un lado, la red troncal que se queda MásMóvil para Euskaltel, y por otra parte, la red que une la fibra a los puntos de conexión en viviendas y oficinas que se ha vendido a un grupo de inversores vascos que han creado la figura de 'Bidasoa Agregator' para formalizar la operación por 580 millones de euros con los que se harán con el 51% de la infraestructura.
El consorcio que gestionará la red de fibra de Euskaltel está compuesto, como adelantó EL CORREO, por la familia Galíndez a través de su sociedad de inversiones Beraunberri, y por Onchena, la herramienta de gestión de participaciones empresariales de la familia Ybarra Careaga. Además, se han sumado otros dos actores conocidos en el tejido empresarial vasco. Se trata de Asua Inversiones, el vehículo de la familia Urritua, propietarios de la bodega CVNE, y el grupo inversor de Inveready, con sede en San Sebastián y que ya participa en el accionariado de MásMóvil. La compañía ha confirmado la operación que supone, en palabras del director del grupo MásMóvil en Euskadi, Jon Ander de las Fuentes, «ofrecer a los mejores servicios de Internet con la mayor velocidad y estabilidad en beneficio de los clientes con el objetivo de que sigan siendo los más satisfechos del mercado».
Euskaltel cuenta ya con una red de 2,3 millones de hogares conectados con fibra óptica y con un desarrollo de la inversión para mejorar la red en el País Vasco, Galicia y Asturias, como ha explicado el presidente de EKT Cable, Francisco Arteche.
La operación no deja de tener un gran valor e importancia estratégicos, y es que la red de Euskaltel es uno de los activos más importantes de la tecnológica vasca. La desarrolló con la inversión del Gobierno vasco, completándola por la cornisa cantábrica con las uniones de sus filiales asturiana, Telecable, y la gallega R Cable hasta alcanzar más de millón y medio de conexiones en hogares y oficinas. El problema es que la red troncal sí es de fibra, pero la acometida hasta los inmuebles sigue siendo de cobre, con lo que es necesaria una importante inversión de alrededor de 300 millones. Adaptada, esta red se convertirá en una fuente importante de ingresos, ya que puede alquilarse a otros operadores de datos y contenidos.
MásMóvil mantendrá el control de la red troncal, que queda al margen de la operación, y es la red de conexión, la que requiere las inversiones, la que se ha vendido a los grupos de inversores vascos y en la que la compañía dirigida por Meinrad Spenger mantendrá un 49% a través de Euskaltel.
En cualquier caso la venta de este activo ha sido siempre una cuestión delicada ya que el origen de una inversión pública en su construcción aumenta las sensibilidades políticas. De hecho, en el Parlamento vasco la oposición siempre ha criticado al Gobierno cualquier venta de la red de Euskaltel por parte de sus gestores. Así, los anteriores propietarios de la marca naranja, el fondo inversor Zegona, buscaba cerrar esta operación sin perder el control, ni la mayoría de la sociedad gestora de la red de Euskaltel, Fiberco. MásMóvil sí lo ha hecho, cediendo el 51%, pero ha buscado a un grupo de inversores vascos que mantengan la imagen de 'arraigo' de la compañía. La operación deja la puerta abierta al Gobierno vasco que ha seguido las negociaciones y sopesado una entrada en el capital.
La venta de Euskaltel supuso un símbolo en la pérdida de control de empresas vascas que alejan sus centros de decisión. Fue criticada por la oposición y por autoridades empresariales como el presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao, José Ángel Corres, quien reprochó a Kutxabank la venta de su 20% de la compañía.
La operación plantea ya una inversión para el desarrollo de las acciones necesarias para preparar los puntos de conexión de la red e 115 millones. Una cantidad que asumirán entre los socios. Con lo que MásMóvil logra compartir ese gasto, además de obtener 500 millones para financiar la compra de Euskaltel, que adquirió por 2.000 millones, y seguir su proceso de integración con Orange.
Actualmente José Galíndez es el presidente del Círculo de Empresarios Vascos y ha sido uno de los fundadores de Solarpack, la compañía vasca de desarrollo de instalaciones fotovoltaicas. y una de las sagas familiares empresariales más conocida de Euskadi. La sociedad de inversiones de su familia, Beraunberri, actúa en la operación de forma conjunta con la familia Ybarra Careaga, compañera habitual en otras inversiones. Por su parte, Asua Inversiones, que gestiona el patrimonio empresarial de la familia Urrutia, es otro de los socios y una firma habitual en operaciones empresariales del entorno, así también ha mostrado interés por participar en el capital de ITP Aero.
Inveready, la firma presidida por Josep Maria Echarri con sede en San Sebastián es el cuarto agente de la operación. Además de ser socio de MásMóvil, forma parte de un grupo de inversores entre los que se cuentan José Poza, Juan Mari Ochoa, uno de los fundadores de Fineco, que han impulsado la Fundación Artizarra para promover reinversiones en Euskadi y fomentar la figura del 'arraigo' empresarial.
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