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Ahora que estamos en el final de 2023, que el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido revisar -para mantener- el gravamen especial sobre la banca y las empresas energéticas, que las instituciones vascas se aprestan a estudiar algunos retoques en la fiscalidad y que la ... deflactación de la tarifa del IRPF no va a cubrir la inflación, hay que reafirmarse en una idea simple: para beneficios caídos del cielo, los de Hacienda. Lo de las energéticas y la banca es un juego de niños comparado con el negocio que han hecho las arcas públicas en los últimos años. Y el que esperan hacer en los próximos no es menor.
Al menos tienen la virtud de reconocerlo sin tapujos. En el último informe presentado por al Diputación de Bizkaia en torno a las consecuencias de las reformas que se hicieron hace años en el IRPF y Sociedades el reconocimiento es claro. «La aplicación de este nuevo modelo de imposición de las personas físicas ha garantizado la sostenibilidad y suficiencia de las finanzas públicas del territorio durante estos años, con un incremento de la recaudación por este impuesto, de más del 50% con respecto al primer año de su entrada en vigor, pasando de 2.220 millones en 2013 a 3.368 millones en 2022», señala el mencionado informe. El 51,7% se ha incrementado en diez años, para ser exactos.
Un inciso. Si hay «suficiencia», ¿por qué tengo la sensación de que cada mes nos anuncian un nuevo impuesto, hasta el punto de que ya espero para una semana de estas el «nuevo gravamen a la respiración»? Con una escala progresiva que, me temo, va a castigar a los montañeros porque «la respiración a pleno pulmón» tendrá el tipo más alto. Si hay «suficiencia», ¿por qué tengo la sensación de están empeorando a marchas forzadas algunos servicios públicos como es el caso de la sanidad? Y no es el único. ¿Por qué tengo también la impresión de que a más recaudación le corresponde también mayor derroche e ineficiencia en el gasto público?
El aumento superior al 50% en los ingresos de estos dos años no se ha dado solo en el IRPF. Entre 2013 y 2022 la recaudación total de impuestos en Euskadi ha pasado de 11.408 a 17.130 millones de euros. Esto es, un aumento del 50,15%. Como ves ha sido general. ¿Ha llovido del cielo?
En la recaudación de impuestos siempre influyen varios factores. Uno de ellos es la evolución de la economía y de la creación de riqueza. A más renta generada, lógicamente, le corresponde una mayor cantidad en impuestos. Pues bien, en ese mismo periodo de tiempo el PIB vasco, en euros corrientes, ha pasado de 62.555 a 79.350 millones de euros, lo que supone un aumento del 26,8%. También influye la inflación, por aquello de ajustar la comparación de las cifras a euros constantes. Para ese periodo la inflación es del 16,1%.
Así que está claro, Hacienda se lleva ahora un trozo superior de la tarta. Ha tenido ingresos no ya caídos del cielo, sino subidos desde los bolsillos de los ciudadanos y las empresas directamente a las arcas públicas. Y a algunos les parece poco... En esos mismos diez años, el salario medio en el País Vasco ha pasado de los 26.370 euros anuales a 31.500 euros. Un aumento del 19,5%. Compara tú mismo.
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