Lograr un contrato de trabajo indefinido en Euskadi cuesta casi tres años

El total de contratos suscritos en los últimos diez años creció más que el de personas contratadas -un 46 frente al 20,6%-. Así, se pasó de 2,7 contratos por persona en 2009 a 3,2 el pasado año. Las mujeres destacan en este ámbito, aunque la tasa masculina ha crecido más.

Los contratos temporales son la esencia de la contratación, en torno al 93%. Sin embargo, en el último lustro la contratación indefinida ha repuntado más que la temporal. La temporalidad está, con todo, tan asentada en el mercado laboral que supone el grueso de los pactos laborales en los cuatro grandes sectores, con índices próximos al 90%.

Otro dato muy revelador es que una cuarta parte de los empleados siguen sometidos al encadenamiento de contratos temporales. De hecho, es más habitual de lo presumible la multicontratación -personas que firman seis o más contratos al año-. Esta tesitura sobresale en actividades sanitarias y servicios sociales, limpieza y jardinería, hostelería y comercio.

Respecto a la duración concreta de los pactos laborales, los temporales de una semana, junto a los de duración indeterminada, son el 69% de los contratos anualmente rubricados. En el flanco opuesto, se sitúan los temporales con un año o más de duración, que no representaron ni un 1%. Si se quiere hallar un atisbo de esperanza, cabe mencionar que el pasado ejercicio se redujo el notable incremento que venían experimentando en la última década los contratos de menor duración.

Pero en línea con el adverso panorama, que no hay que olvidar que abarca un periodo de fuerte crisis, destacan las notas negativas. Y se observa un gran número de trabajadores que pasa de un contrato indefinido a otro temporal. Por otra parte, y aunque predomina la jornada completa, la parcial ha ganado terreno en la última década, al crecer un 6% hasta el 40% de 2017.