El lehendakari recibe a Jainaga en mitad del proceso de compra de Talgo por parte de Sidenor

Talgo está envuelta en una crisis en su accionariado que bloquea la puesta en marcha de soluciones industriales. Y es que una cartera de pedidos de 4.000 millones ahoga a la compañía y sus propietarios principales, el fondo inversor Trilantic, quieren vender su parte tras una permanencia de casi 20 años. El consorcio húngaro de Magyar Vagon había ofrecido 5 euros por acción -617 millones- en una opa, pero el Gobierno de España vetó la operación por «razones de seguridad nacional» y señalando posibles conexiones con capital ruso.

Sidenor, tras comunicar su intención de hacerse con el control de Talgo, trabaja actualmente en el análisis de una oferta por el fabricante de trenes de origen vasco. Es una opción que daría salida a Trilantic y permitiría la toma de control de un industrial. Una operación que adelantó en exclusiva EL CORREO y que pasa por la adquisición del 29,9% de las acciones de la empresa ferroviaria que tiene el fondo norteamericano.

El Gobierno vasco respaldó la iniciativa de Jainaga y está dispuesto a participar financieramente, incluso entrando en el capital de Talgo, si eso sirve para reforzar el carácter vasco de la compañía y su planta de fabricación de la localidad alavesa de Ribavellosa, que emplea a 700 personas. Para ello cuenta con el fondo Finkatuz, que tiene 200 millones de euros disponibles para respaldar en el accionariado a empresas estratégicas para Euskadi.

El Gobierno de España, también ha mostrado el respaldo a la operación e, incluso, ha ofrecido la entrada de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) en el capital para reforzar una vía que dé carácter industrial y nacional al propietario de Talgo.

El proceso, una vez que el consejo de administración de Talgo ha autorizado el acceso a libros de Jainaga, está en plena valoración de la compañía. El presidente de Sidenor estudia la documentación y la situación financiera de Talgo para ofrecer una oferta por las acciones de Trilantic. El fondo reclama 5 euros, los mismos que la opa húngara, y la cotización ha cerrado este miércoles a 3,52 euros el título.