La junta de Gamesa aprueba la salida de Bolsa y pone fin a 22 años de cotización

En la práctica, el paso que se ha dado este jueves es un anticipo de la desaparición de Gamesa como sociedad mercantil independiente, ya que todo apunta a que en breve quedará diluida en el seno de la multinacional alemana. La empresa se encuentra inmersa en una profunda crisis que dura ya varios años y que está trufada de pérdidas millonarias. En los tres últimos ejercicios cerrados la compañía ha reflejado unas pérdidas de 2.485 millones de euros y todo apunta a que esa cifra acumulada superará los 3.200 millones cuando dentro de unos días se presenten los datos finales del último trimestre.

El presidente de Siemens Gamesa, Christian Bruch se ha mostrado confiado en que la empresa tiene «a medio y largo plazo un potencial enorme», gracias a que la «energía eólica va a ser un elemento fundamental de la transición energética».

Pero por el momento el presente es bastante negro. En el último avance de resultados, además, Siemens Gamesa ha revelado que tiene importantes fallos técnicos en equipos que ya ha vendido, lo cual le va a suponer gastos extraordinarios para atender a las garantías y también en los contratos que tiene de mantenimiento de parques. Por el momento ha provisionado –anticipado potenciales pérdidas futuras- por un importe superior a los 470 millones de euros. Un nuevo revés que se suma a los problemas también técnicos en el lanzamiento de la turbina 5X, su último desarrollo de generación terrestre, así como a otras pérdidas acumuladas por la instalación de parques eólicos en el norte de Europa que han resultado operaciones ruinosas. Así, el problema de Siemens Gamesa no es de ventas –tiene una cartera de pedidos que supera los 30.000 millones de euros y garantiza el trabajo de los próximos tres años- sino de márgenes de negocio.

En ese contexto, la empresa ha puesto en marcha un ajuste de plantilla que afectará a 2.900 empleados en todo el mundo, de los cuales 350 están en España. Dirección y sindicatos ya han alcanzado un acuerdo para que estas salidas se produzcan mediante prejubilaciones y bajas voluntarias incentivadas.

Gamesa comenzó a cotizar en Bolsa en octubre del año 2000, tras una OPV –Oferta Pública de Venta- que realizaron sus accionistas y que permitió colocar entre nuevos accionistas un 30% de su capital social. La decisión había sido impulsada por su principal socio, al Corporación IBV –una sociedad de inversión creada al 50% por Iberdrola y el banco BBV- en un momento en que comenzaba el despegue de la energía eólica en buena parte del mundo y aún había muy pocos fabricantes de aerogeneradores. Aquella colocación se realizó a un precio de 12,6 euros por acción y la compañía experimentó una revalorización fulgurante en apenas unos meses. Siemens Energy ha comprado los últimos títulos de la empresa vasca a un precio de 18,05 euros. El valor máximo, antes de la fusión con Siemens en 2017 lo alcanzaría en el año 2007 cuando casi se triplicó el precio de cotización sobre el que sirvió como referencia para su irrupción en Bolsa en el 2000.