Una jugada muy ensayada

Cualquiera que acuda a Zubieta a ver los entrenamientos de las categorías inferiores de la Real Sociedad verá cómo los chavales repiten series de tiros contra grandes paneles electrónicos. Como si hicieran rondos con los artefactos. Una y otra vez, con los dispositivos iluminándose y cambiando constantemente de color, alternando el rojo y el verde para indicar a la chavalería a qué punto exacto ha de enviar el balón. Verán también que los jugadores se afanan por recuperar la pelota, controlarla y repetir el lanzamiento tan rápidamente como sea posible. No es para menos; el cuerpo técnico está midiendo tanto su precisión como su velocidad.

Esos paneles son lo último en sistemas de entrenamiento futbolístico; tras la lucecitas LED hay una plataforma informática capaz de traducir todos esos tiros a datos y éstos, a información útil que sirva a los equipos a «mejorar la técnica individual de los jugadores», como explica Josu Arregui, gerente de Futboltek, la 'startup' que ha desarrollado esta innovación y que cuenta entre sus socios con los realistas Xabi Prieto e Imanol Aguirretxe y con los rojiblancos Aritz Aduriz e Iñigo Díaz de Cerio.

Curiosamente, la idea de aplicar las nuevas tecnologías al fútbol no nació en el césped de Anoeta o San Mamés sino en un campo de golf. Allí, el promotor de la firma, Xabi Sarriegi, observó que los golfistas empleaban sistemas similares para calentar e inmediatamente pensó en sustituir los pivotes y conos por algún tipo de sensor.

Los paneles, que como se ve en la foto siempre van de tres en tres, se disponen sobre el campo en función de la jugada que se quiera ensayar. Antes de cada lanzamiento, dos de las placas se iluminarán en rojo y una, la central, en verde. Ésta es el que esconde el perrito piloto. La que simula ser el compañero que espera recibir el pase y continuar la jugada.

A su vez, ese conjunto de tres paneles está conectado con otro dispositivo idéntico situado en otro punto del césped. Automáticamente, en cuanto el jugador dispare a los tres primeros paneles y sin importar lo bien o mal que lo haya tirado, se encenderá el segundo conjunto de placas indicando el destino del siguiente lanzamiento. De hecho, incluso hay un ejercicio llamado Guardiola pensado para aprender a buscar al compañero, a mirar a dónde pasar, antes incluso de recibir el esférico.

Es decir, no es que haya que lanzar el balón una y otra vez al mismo sitio, sino que constantemente, al dictado de los paneles, toca cambiar de posición afinando con cada ejercicio la capacidad de reacción, la visión periférica y la habilidad para controlar el balón. Además, como se trata de simular las condiciones reales de un partido, la jugada puede complicarse casi cuanto se quiera simplemente añadiendo más paneles interconectados. Vamos, que perseguir la luz verde y atinar puede ser como encontrar hueco en el cerrojazo del Racing de Maguregui. O cualquier equipo italiano.

Y entre tanto trajín, la plataforma informática va sumando registros. Los sensores informan del punto exacto en el que han recibido el impacto del balón y el sistema pondera ese dato con el del tiempo empleado para realizar el ejercicio. «Eso permite ver cosas que en el entrenamiento diario pasan desapercibidos. Tener todos esos datos sirve para detectar carencias y, después, realizar una planificación ajustada a cada jugador para mejorarlas. En ocasiones sirve incluso para que los entrenadores desechen ideas aubjetivas que puedan tener sobre las carencias de un jugador. Igual, con los datos en la mano, esas carencias no son tales», explica Arregui.

Eso sin contar que hoy las posiciones en el campo son un poco relativas. Un extremo puede ser lateral de un partido a otro, por lo que «hay que en enseñar a los jugadores a ser polivalentes», insiste Arregui, quien reconoce que aunque siempre hay margen de mejora y pueda ser una ayuda para recuperar la forma tras una lesión, donde el sistema realmente tiene valor es en las categorías inferiores. De momento ya trabajan con las de la Real y han presentado la herramienta a varios equipos europeos y latinoamericanos. Los días 29 y 30 harán lo propio en la cuarta edición de B-Venture, el mayor evento de 'startups' del norte de España. El encuentro, organizado por EL CORREO, contará con el patrocinio del Gobierno vasco, SPRI, la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao; y la colaboración de Telefónica, Puerto de Bilbao, BStartup de Banco Sabadell, Laboral Kutxa, CaixaBank, BBK, Elkargi y la Universidad de Deusto.