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Aunque aún en un limbo que precisa concreción, la reunión del comité de empresa de CEL con el grupo chileno Triple I dejó este miércoles un cúmulo de buenas sensaciones. Las dos horas de encuentro sirvieron para inyectar un soplo de «esperanza» que esperan que ... en los próximas semanas se traduzca en algo tangible que salve a la papelera –en concurso de acreedores desde finales de junio– de su desaparición. Los sindicatos se marcharon convencidos de que los inversores sudamericanos tienen un «interés real» en la compañía. No en vano, es el único de los tres pretendientes que hasta ahora se ha reunido con los representantes de los trabajadores.
«El grupo chileno pretende coger todas las plantas y mantener todo el empleo», resumió al término de la entrevista Asier Prado, el presidente del comité de Ecofibras Aranguren, una de las firmas que componen el conglomerado. Triple I puso sobre la mesa «una propuesta concreta», aunque a «grandes rasgos y sin profundizar» que –si bien garantizaría el futuro de CEL– está aún lejos de lo que aspiran los sindicatos. «Ese borrador inicial dista mucho de lo que queremos nosotros, pero como en toda negociación seguiremos hablando este mes», apuntó.
Los contactos entre ambas partes continuarán estos días «vía email y telefónica». Y aunque el comité es consciente de que «las posturas hay que limarlas mucho» y por ese motivo se siguen mostrando «muy cautos», lo cierto es que consideran que «los chilenos van en serio». Argumentan que el resto de inversores interesados –un portugués y otro del que no ha trascendido identidad ni origen– sólo se han dedicado a visitar las plantas, como ya hizo Triple I el pasado junio.
A falta de que el diálogo avance con el grupo chileno, que es propiedad del empresario Gabriel Ruiz-Tagle, exministro de Deporte en el Gobierno de Sebastián Piñera entre 2013 y 2014, el comité tiene como otro de los puntos rojos de su agenda de esta semana la reunión que celebrará esta tarde con la administración concursal. Mientras tanto, prosigue el suspense en torno a la decisión que la juez titular deberá tomar sobre la posible admisión a trámite del ERE de extinción solicitado por la actual dirección y que afectaría a 230 de sus 254 empleados directos. En concreto, conllevaría el cierre de tres de sus cuatro plantas. Sólo se salvaría la fábrica que tiene CEL en la localidad alavesa de Artziniega, a diferencia de la disolución a la que se verían abocadas las instalaciones de Zalla y Güenes, en Bizkaia.
A fin de concienciar ante la delicada situación que atraviesa la papelera, los trabajadores de la compañía han ampliado su calendario de movilizaciones. De esa manera, el viernes se volverán a concentrar en Bilbao, ante la sede de la Diputación, como han venido haciendo en los últimos dos meses para exigirle una mayor implicación.
La próxima semana, además, realizarán buzoneos, pega de carteles y entrega de folletos por los ‘mercadillos’ que se celebran en varios de los municipios de Encartaciones. Según el calendario del comité, el miércoles 13 estarán en Zalla, el 14 en Sodupe y el sábado 16 en Balmaseda. Las movilizaciones de esas jornadas serán un anticipo de la manifestación que han convocado para el día 17 y que recorrerá la comarca.
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