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Euskadi no es ajena a las dificultades económicas que Europa atraviesa con una desaceleración que raya la recesión técnica. Así, tampoco escapa al frenazo de la inversión extranjera. Y es que, según los datos que obran en la Secretaria de Estado de Comercio, esta se ... redujo en un 34% en los nueve primeros meses de 2023. El capital foráneo que llegó al País Vasco en ese plazo fue de 1.495 millones, 770 menos que en el mismo periodo de 2022.
La tendencia reproduce un patrón global que también se ha dejado notar en el conjunto de España, aunque en menor medida, al caer este parámetro un 23% con un total de 18.300 millones invertidos. Es una consecuencia más del encarecimiento de la financiación por unos tipos de interés que alcanzaron el pasado julio el 4,5%, y la inestabilidad geopolítica provocada por un enquistamiento de la guerra en Ucrania y la escalada del conflicto en Oriente Próximo por la guerra en Gaza, así como su extensión al mar Rojo.
77% es el porcentaje de la inversión extranjera empleada para comprar empresas vascas.
La comunidad autónoma vasca cerró 2022 como la segunda de España en inversión extranjera, con 5.517 millones, solo por detrás de Madrid. En cambio, hasta septiembre del pasado año, había caído a la cuarta posición por detrás de la comunidad madrileña, la valenciana y Cataluña. Estas regiones se beneficiaron de las primeras actuaciones impulsadas por los fondos europeos. Es el caso de Valencia, donde la fábrica de Volkswagen y su planta de baterías elevaron las inversiones del exterior en un 90%, hasta los 2.470 millones. Lo mismo ocurrió en Asturias, con un crecimiento del 80%, hasta los 497 millones, gracias a las actividades de Arcelor Mittal.
Euskadi sufre además porque el objetivo del dinero que recibe en los últimos años se centra más en comprar empresas que en desarrollar nuevas firmas. Así, en los nueve primeros meses del pasado año, de los 1.495 millones que llegaron solamente 100 fueron para el desarrollo de proyectos o ampliaciones de capital. El último movimiento de Siemens para absorber Gamesa copó casi la totalidad de la inversión. Hay que recordar que la decisión formal última fue adoptada por el consejo en enero del año pasado.
Esta tendencia se viene agudizando desde el año 2020. Así, de cada 10 euros que han llegado a Euskadi del exterior, casi 8 han sido para comprar empresas. En cifras, del total de 9.280 millones 'aterrizados' en la comunidad autónoma, 7.187 se centrado en algunas de las operaciones más voluminosas. Es el caso de la compra de Solarpack, la compañía impulsada desde Euskadi para la promoción de parques fotovoltaicos que fue adquirida por el fondo sueco EQT por 800 millones. O también en el sector de las renovables, la operación de 613 millones por la división de parques de Gamesa. Una línea de negocio que fue adquirida por la británica SSE Renewables. Otra de estas compras fue la gestionada en uno de los procesos corporativos que más tinta han hecho correr en los últimos años. Fue la adquisición de ITP Aero por parte del fondo norteamericano Bain Capital por 1.700 millones. El proceso dejó desde Estados Unidos algo más de 1.000 millones.
Es una problemática que ha provocado la pérdida de arraigo de las empresas en Euskadi, así como el alejamiento de sus centros de decisión. Para hacer frente a esta situación el Gobierno vasco ha dotado con 300 millones un fondo, Finkatuz, con el que tomar participaciones defensivas en compañías estratégicas.
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