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Los grandes movimientos corporativos internacionales tienen después traslación nacional y local. Este es el caso del anuncio de la francesa Alstom de que compra la división ferroviaria de la canadiense Bombardier, para constituir el segundo grupo ferroviario mundial capaz de hacer frente al gigante chino ... CRRC. El ministro galo de Finanzas, Bruno Le Maire, mostró ayer su confianza en que la Unión Europea no vete esta operación -como hizo con la fusión entre Alstom y la alemana Siemens- porque «necesitamos campeones industriales y digitales europeos» que puedan «resistir la competencia extranjera», procedente de China o Estados Unidos. Tanto Alstom como Bombardier tienen presencia productiva en España -con fábricas en Madrid, Barcelona y Bizkaia-, además de casi una veintena de centros de I+D+i, laboratorios y servicios de mantenimiento. En conjunto emplean a 2.800 personas, 180 en Trapagaran.
La Federación de Industrial de Comisiones Obreras ha solicitado una reunión con la dirección de ambas multinacionales para «anticiparse a las posibles consecuencias» que puedan tener la integración de las dos estructuras en España, porque a su parecer «está claro que esta noticia tendrá repercusiones laborales». En este contexto, también han instado a los sindicatos europeo IndustriAll y al global Industrial Global Unión a coordinar la participación sindical en este proceso a la mayor brevedad posible.
La derivada vasca de esta operación está en la factoría que Bombardier tiene en Trapagaran, en Bizkaia, localidad que también acogió hasta hace pocos años otra planta de Alstom, especializada en equipos eléctricos, que ya no existe. Inicialmente Alstom estaba apostando por ella, ya que en 2015 comprometió una inversión de 12 millones para disponer de una nueva fábrica, aunque ubicándola en Ortuella. Sin embargo, durante ese periodo Alstom llegó a un acuerdo con General Electric que implicaba la venta de su negocio de energía y redes, en la que se integraba la planta de Ortuella. Pero los planes de General Electric implicaron el cierre de la factoría vasca al deslocalizar su producción a China e India. Esta historia no tiene por qué repetirse ahora, pero tampoco se olvida en la Margen Izquierda.
El alcalde de Trapagaran, Xabier Cuellar, recalca la importancia que tiene para el municipio la fábrica de motores de Bombardier. «Tenemos muy buenas relaciones con la compañía, con su directora general aquí, Nieves Sáez-Barrenechea, con la que espero poder hablar dentro de unos días». El alcalde explica que, además de la actividad económica que genera en la localidad, la empresa está muy implicada y participa en los planes de revitalización de la Margen Izquierda.
«Bombardier es muy importante para Trapagaran y deseamos que no vuelvan a producirse deslocalizaciones, que los nuevos dueños sigan apostando por esta fábrica». No olvida el mazazo que supuso el cierre de la planta de General Electric, ahora reflotada por la compañía vasca Ingeteam.
Como detalle curioso, Cuellar relata que cada vez que la factoría de Bombardier de Trapagaran logra un pedido relevante, sus responsables plantan un árbol en sus terrenos y ya lucen unos cuantos. «Esperemos que sigan plantando más árboles».
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