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Ander Caballero (Bilbao, 1979) es el secretario general de Acción Exterior de un Gobierno vasco que quiere reforzar «la voz de Euskadi» en las instituciones ... internacionales. Hace dos semanas viajó con el lehendakari, Imanol Pradales, a Estados Unidos, donde pudo corroborar «que el mundo está en un cambio acelerado».
- Pradales aseguró que «más allá del ruido» de Trump, hay oportunidades en EE UU. ¿Cuáles?
- Trump está poniendo barreras a la arquitectura liberal que hemos construido en los últimos 80 años. No está siendo fácil navegar en esa incertidumbre, pero sigue habiendo oportunidades. Hay posibilidades para el desarrollo conjunto de políticas de investigación, también en el mundo académico y tecnológico. Lo estamos viendo con las empresas que ya están instaladas allí.
- Las afectadas por los aranceles, en cambio, van a ser las que no tienen una planta en EE UU...
- La incertidumbre regulatoria hace que el escenario sea difícil de manejar, ya que puede cambiar cada 24 horas. Sectores como la automoción, por su peso en el PIB, se van a ver especialmente afectados. En cualquier caso, el mundo que se nos abre es multipolar y solo dos de cada diez corredores comerciales pasan por EE UU. Asia y Mercosur están adquiriendo relevancia.
- ¿Deben entonces las empresas vascas estrechar los lazos con Asia y América Latina?
- Sí. Son mercados que nos permiten navegar esta situación, que esperemos que sea coyuntural, pero que nos obliga a mirar hacia el Este y hacia América Latina.
- El Gobierno vasco ha puesto en marcha una mesa para la defensa industrial y «anticiparse» al nuevo panorama internacional. ¿Estamos a tiempo?
- La velocidad de la nueva Administración norteamericana nos está obligando a reaccionar rápido. El Gobierno vasco y las empresas conocemos el impacto que tuvieron los primeros años de Trump y hemos seguido con mucha intensidad la nueva política regulatoria. Pero no solo de EE UU, también de las sobrecapacidades de China.
- ¿Ha sido necesaria otra Administración Trump para que Europa reaccione?
- ¿Podríamos haber previsto que Trump iba a volver? Estadísticamente sí, pero preferimos creer que no era posible. El pensamiento ha estado sesgado por ese positivismo, pero el ambiente y el sentir social decían que era una opción muy real.
- ¿No lo han visto venir entonces las instituciones europeas?
- Creo que sí. La UE tiene diseñados escenarios desde hace tiempo ante un posible regreso de Trump. Estos se van a poner en marcha cuando se apliquen los aranceles.
- El Gobierno vasco ha aprobado ayudas de 500 millones para la industria. ¿Es necesaria la ayuda pública para que las empresas sean competitivas fuera?
- Es necesaria la colaboración público-privada entre las empresas, el Gobierno y los agentes sociales. En una situación como la que estamos, con retos de carácter global, debemos buscar ámbitos de cooperación para que nos sea más fácil navegar.
- Mondragon o Siderex reclaman menos burocracia para actuar ante Trump...
- Es lo que está planteando la UE con sus ómnibus de simplificación y otras medidas. Se trata de agilizar los procedimientos sin olvidarnos de los objetivos marcados en términos de sostenibilidad y competitividad. Euskadi tiene capacidad de influencia en estas materias.
- ¿Y en qué más va a incidir el Gobierno vasco en Bruselas?
- En la industrialización, que es lo que ha traído paz y prosperidad. Euskadi siempre ha mantenido, contra viento y marea, una política industrial. El País Vasco es un ejemplo y la UE así nos ve.
- ¿Está la Unión Europea unida para un desafío de tal magnitud?
- Estamos unidos alrededor del modelo que queremos de sociedad y nuestros valores fundacionales. El reto de Europa es reafirmar ese convencimiento de que el modelo que queremos está basado en la paz y la democracia.
- ¿La oleada de partidos populistas pone en riesgo este modelo?
- Lógicamente es una amenaza, pero también es cierto -y lo hemos visto en Alemania- que hay gobernantes con altura de miras para identificar el riesgo real de este modelo, en contraposición a lo que vemos en Rusia o Venezuela.
- ¿Cómo puede contribuir la industria vasca al proyecto de defensa europeo?
- Estamos ante un equilibrio complicado entre la dimensión moral y la de oportunidad. Nuestra apuesta es por aprovechar nuestras capacidades industriales y tecnológicas.
- Explíquese.
- A nosotros, como Gobierno vasco, no nos mueven los tambores de guerra ni el discurso belicista. Entendemos la defensa en un sentido muy amplio. Tenemos muchísimas empresas que van a asegurar que el suministro eléctrico no se vea cortado. También una seguridad alimentaria para que el aceite o el pan no se vean secuestrados por otro tipo de agentes.
- La UE está flexibilizando sus objetivos climáticos. ¿Se ha ido muy lejos los últimos años?
- Europa no ha rebajado sus objetivos, lo que sí ha hecho es despejar el camino ante una coyuntura muy marcada por el reordenamiento global y el impacto de Trump. Se han simplificado los caminos que nos llevan hacia la sostenibilidad.
- Esta flexibilidad va a ayudar a combatir la competencia desleal de China...
- China tiene problemas de capacidad y está buscando nuevos mercados. La UE tiene que posicionarse sobre qué hacer con China.
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