Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Carmen larrakoetxea, Eva Molano, Sergio LLamas y María Calvo
Domingo, 29 de marzo 2020, 03:18
Maier
El grupo cooperativo Maier, con sede en Gernika y especializado en componentes de automoción, en alianza con la firma Walter Pack, de Igorre, ambas con gran experiencia en elaboración y tratamiento de piezas de plástico, han logrado adaptar parte de sus estructuras para producir en serie y con niveles de calidad industriales, viseras de plástico completas (soporte y protector). Tras hablar con el Hospital de Cruces el pasado domingo para conocer con exactitud lo que necesitaban, el centro de investigación de Maier (MTC), junto con el área de producción, han logrado en una semana de trabajo a contrarreloj desarrollar el molde industrial y el proceso de fabricación. Un trabajo a la máxima intensidad que ha permitido comenzar hoy mismo la producción en serie de 1.600 'kits' diarios de viseras. Todo irá como donación a Osakidetza y la logística la hará Transportes Carmelo, también de forma gratuita.
Garikoitz Azkuna, ingeniero de Maier, afirma que «hemos trabajado muy duro y tenemos ganas de ser útiles, y colaborar en algo así nos ayuda a sobrellevar mejor toda esta situación».
Grifols, en su filial vizcaína progenika
Uno de los laboratorios más modernos del mundo y especializado en el desarrollo de sistemas de diagnóstico está en Derio, en el Parque Tecnológico de Bizkaia. Se trata de la firma Progenika, que desde 2013 está integrada en el grupo farmacéutico catalán Grifols. La compañía está de plena actualidad estas semanas por sus avances en la lucha contra el coronavirus y también en el desarrollo de nuevos sistemas de diagnóstico de la enfermedad.
Esta semana Grifols anunció que iniciará en abril un ensayo clínico, en colaboración con hospitales españoles, para usar plasma de pacientes recuperados del Covid-19 y tratar de frenar la evolución de esa enfermedad en pacientes graves. Si todo discurre favorablemente podría haber resultados en junio o julio.
La otra iniciativa, en la que juega un papel relevante su filial de Derio y su laboratorio de EE UU, es que Grifols ha «acelerado el desarrollo y validación de un método de diagnóstico», basado en la tecnología propia TMA (amplificación mediada por transcripción). El test se procesará en equipos automáticos con capacidad para analizar más de 1.000 muestras diarias cada uno y podría estar disponible en las próximas semanas.
I+Med
Esta joven cooperativa nació a raíz de las investigaciones en 2013 de un asimismo joven universitario Raúl Pérez, sobre nanohidrogeles.Se unieron a esta aventura Manuel Muñoz, Iñaki López y Sergio Cadierno. I+Med es hoy en día una empresa biotecnológica compuesta por ocho socios y una plantilla de una treintena de personas que se ha especializado en nano-hidrogeles generados a partir de ácido hialurónico. Su área de actividad con este material es la industria farmacéutica (sustituir el líquido sinovial de las articulaciones, reducir el riesgo de rechazo en la implantación de prótesis, etc.).
Manuel Muñoz explica que cuando vieron lo que pasaba en China empezaron a producir hidrogel de higiene para consumo propio, pero después cuando la epidemia llegó quisieron ayudar. Casi pudieron ver de primera mano lo que hacía falta, porque varios de ellos tienen familiares que trabajan en hospitales y ambulatorios. Para proveerse de este material encontraron un aliado, la colaboración desinteresada de la química alavesa Urteaga. «No es nuestro negocio, pero tenemos laboratorios y capacidades técnicas para hacerlo. Producimos unos 20 litros al día de hidrogeles y los donamos a Osakidetza», señala.
Mizar (Grupo Alcor)
También desde Álava la firma especializada en fabricación aditiva Mizar (grupo Alcor) está trabajando intensamente en la producción 3D de mascarillas sanitarias (1.000 a la semana), viseras (4.000 a la semana) y ademas, válvulas para equipos respiradores. El proyecto más ambicioso en el que trabajan es el desarrollo de un respirador con tecnología 3D.
El presidente de Mizar, Gaizka Grajales, explica que sus equipos se afanan por sacar el máximo de producción posible para poder responder a la emergencia sanitaria actual, pero insiste en que todo se hace desde parámetros de calidad y seguridad sanitaria, porque «hay que ser muy cuidadosos con todo el material sanitario. Algunos por querer ayudar pueden poner en riesgo a los sanitarios» y además hay que seguir las medidas para los propios trabajadores.
Grajales asegura que trabajan en el desarrollo de un respirador que haga posible tener una fabricación propia. «Estamos trabajando contrarreloj para desarrollar el respirador, pero no se puede abreviar el proceso, hay que pasar las fases de experimentación y lograr la certificación de la Agencia Española del Medicamento... Nuestro objetivo es tenerlo lo antes posible», insiste.
Bexen Medical (Oiarso S. Coop.)
Bexen Medical es la marca con la que trabaja la cooperativa Oiarso, con sede en Hernani, que se ha situado en la vanguardia de la fabricación de material médico hospitalario. Además son pioneros en equipos de biorepositorios, donde pueden conservar tejidos hasta 198 grados bajo cero.
Su gerente, Carlos Alzola, explica que «nos llamaron desde la dirección general de la Agencia del Medicamento y nos pidieron si podíamos producir mascarillas quirúrgicas 2R (superiores a las EPIs), las de mayor nivel de protección. Nos conocen y saben todo el equipamiento que tenemos y cómo trabajamos».
Para responder a la petición, Oiarso contactó con otra cooperativa, con Mondragon Assembly que fabrica máquinas para producir, y encargaron 4 equipos (1 para el ministerio y otros 3 para Oiarso). Cada uno viene a costar unos 400.000 euros, lo que implica que Oiarso invertirá 1,2 millones para hacer estas mascarillas aquí. Cuando estén a pleno rendimiento, en cuatro turnos, podrán suministrar hasta 10 millones de mascarillas al mes. Las nuevas máquinas estarán terminadas el 13 de abril y ahora hace falta que se firmen todos los convenios y autorizaciones administrativas locales y chinas, así como el avión para traerlas.
A&B Laboratorios de Biotecnología
Esta empresa familiar alavesa, nacida en 2001 y ubicada en el polígono de Júndiz, produce geles hidroalcohólicos y productos para desinfectar superficies. Antes de que el coronavirus llegase a nuestras vidas esta compañía fue percibiendo como se acercaba. «Primero se desató la demanda en China y no es habitual que exportemos allá, después nos llegó de Italia y al final de aquí. No damos abasto para fabricar todo lo que nos piden», explica su director técnico, Kepa Izagirre.
En marzo de 2019 produjeron menos de dos toneladas de gel hidroalcohólico, ahora están a un ritmo de 10.000 litros al día «Tenemos ya problemas con los proveedores y el abastecimiento. Nos tarda más en llegar, lo que puede entorpecer el ritmo continuo de producción». Para ser más eficientes «hemos cambiado los formatos, optando por envases de mayor tamaño, para optimizar al máximo la cadena de fabricación».
«Todo el personal está dando lo mejor de sí», recalca Izagirre, unos teletrabajando y el personal de planta cumpliendo las máximas normas de seguridad. «Nuestros productos son esenciales para que funcionen los servicios sanitarios, la industria de alimentación...», insiste.
Nueva Sibol, Zamudio
Nueva Sibol, la única fábrica española de mascarillas autofiltrantes capaces de proteger ante el coronavirus, tanto de los tipos FFP2 como FFP3, –más gruesas y avanzadas– está en el polígono Torrelarragoiti de Zamudio. Fue fundada hace 35 años y se integró con el tiempo en Spasciani, una empresa italiana. Fabrican equipos de protección individual, tanto respiratorios como ocular y auditiva. El año pasado contaba con unos 40 empleados que desempeñaban su labor en un sólo turno de ocho horas. Desde que se desatara la crisis sanitaria del Covid-19 la última semana de enero, la fabricación de autofiltrantes se amplió. «Seguimos trabajando 24 horas al día en varias líneas, tenemos cartera de trabajo para cuatro o cinco meses», explica el gerente, Iñaki Muñoyerro. La firma ha reforzado la línea de máscaras buconasales con filtro para abastecer a la industria como «alternativa a las autofiltrantes». Son las que deben usar los trabajadores de determinadas industrias pero con un blindaje extra contra el coronavirus y son reutilizables. En cuanto a las autofiltrantes, se ha llegado al máximo de producción, 16.000 al día, el 80% de las cuales del tipo FF3, las de más alta eficacia, y el resto, FFP2. Su producción se dirige íntegramente a Osakidetza.
Graphenea
Graphenea es una compañía con sede en San Sebastián y líder mundial en tecnología del nuevo material grafeno. Su fundador, Jesús de la Fuente, que en estos momentos reside en Boston, donde la compañía tiene una filial porque EE UU es su principal mercado, quiso poner su granito de arena produciendo hidrogel, no en grandes cantidades, pero sí con garantías científicas. «En Miramón tenemos laboratorios equipados con tecnologías de máxima esterilización, que es lo que se requiere en los procesos de nanotecnología, y personal con altísima especialización. Buscamos la forma de ayudar aquí en la medida de nuestras posibilidades», recalca.
Por ello se han preparado para producir gel desinfectante para su donación a las autoridades para su posible empleo en hospitales y centros asistenciales. Tras lograr colaboración para encontrar proveedores de materia prima, el objetivo es que este mismo fin de semana salga el primer lote fabricado en Graphenea. La previsión es alcanzar una producción de 500 libros de gel al día, que los envasarán en garrafas de 25 litros. «Produciremos gel mientras nos digan que lo hagamos, después lo dejaremos porque no es nuestra función», señala.
Lascaray (LEA)
La emblemática Lascaray S.A., la empresa más antigua del País Vasco, fundada en 1823, también hace todo lo que puede por colaborar, para que lleguen al sistema sanitario los productos desinfectantes necesarios para poder hacer frente a la pandemia.
«Ante esta situación de crisis inédita en la historia contemporánea queremos ser partícipes y apoyar en la medida que podamos para solventarla lo antes posible», cuenta Félix Lascaray, CEO de la firma. Este joven vitoriano representa la sexta generación de la empresa familiar que ha donado 7.000 unidades de gel hidroalcohólico al personal de Osakidetza. Además, han puesto a disposición del Ministerio de Sanidad su capacidad productiva. «Está previsto que podamos enviar más de 200.000 unidades en las próximas dos semanas».
Celulosas vascas
Celulosas Vascas es una empresa de origen familiar que nació en 1981, en tiempos revueltos, en la ya olvidada crisis de los años ochenta, de la mano de tres socios y un crédito de Laboral Kutxa de 750.000 pesetas (4.507 euros). Incluso en la última crisis ha logrado salir reforzada, al incrementar desde 2008 un 50% su plantilla hasta las 43 personas actuales y triplicar su facturación.
Uno de sus fundadores, Javier Izaola, explica que están especializados en productos de un uso, lo que se llama desechables, incluyendo guantes, ropa personal y de cama, menaje, higiene, etc.Su producto estrella son los guantes. Pero no son unos simples distribuidores, tienen laboratorios de calidad y certificación. Su mercado son principalmente centros sanitarios y de estética.
Izaola relata que con la pandemia del coronavirus la demanda se ha desbordado y les llegan pedidos de todas partes del mundo y lamentan no poder suministrarles. Recalca que la larga trayectoria de la compañía les otorga un amplísimo conocimiento del mercado y de los productores internacionales, y para poder responder al reto del coronavirus están contactando con fabricantes certificados de todo el mundo, que están principalmente en Asia. «Ahora estamos tratando de traer en avión batas impermeables».
Gestamp
La multinacional de componentes de automoción sabe bien lo que es el coronavirus y lo que implica social y económicamente. Lo ha vivido en primera persona ya que el grupo tiene 11 plantas productivas en China.
Ante la situación que se vive ahora en nuestro país y la llamada generalizada de las autoridades para disponer de equipos sanitarios y de protección individual (EPIs), Gestamp se ha movilizado en China y ha logrado un lote de este tipo de equipos que va a donar a la Sanidad española. Se trata de 100.000 mascarillas quirúrgicas, otras 200.000 N95, más 100.000 batas desechables, así como 100.000 gafas de protección de un sólo uso, 50.000 unidades de gel y 50.000 'kits' de testeo.
El director financiero de la División de Gestamp China, Antonio López, explica que para transportarlo se apoyarán en la logística del grupo Inditex y ahora están a la espera de disponer de un avión y los permisos pertinentes.
Jesús Mari Mateos, pyme de Alonsotegi
La pyme textil de Jesús Mari Mateos, en Alonsotegi, fabrica sacos para lavanderías de hoteles, residencias y hospitales desde hace más de 30 años. También distribuye otros biodegradables que se deshacen en el agua. Con los alojamientos cerrados, se centra ahora en la producción para centros sanitarios y sociosanitarios. Hasta aquí todo normal, pero la excepción es el equipo de volunatrios que ha movilizado Jesús.
Cuenta con cinco empleados fabricando y embalando mascarillas que regalan a quien lo necesite, además de él mismo y otras costureras allegadas que colaboran desde sus casas y personal que mete horas extras de forma altruista para fabricarlas. El fin de semana, al taller acuden otra docena de voluntarios a realizar esta labor.
Las mascarillas se fabrican «con una tela sin tejer de polipropileno impermeable», antibacterial y antihongos que adquirió en Barcelona y con gomas. Cada día producen unas 1.300, ya han repartido alrededor de 10.000 y queda tela para otras 50.000. «Son mucho mejores y más gruesas que otras», aseguró. «Hemos donado a residencias de ancianos de aquí y también de fuera, como de Cáceres. Se las han llevado a Basurto, a Santa Marina...». También a empresas como Fagor. «Quien necesite, que me pida. No vendemos, las donamos», apuntó.
Taller Usoa
El taller Usoa de Barakaldo, centro de trabajo protegido para personas con discapacidad, confeccionará 400 batas diarias en su taller para cubrir las necesidades de Equipos de Protección Individual (EPIs) de Osakidetza. El ayuntamiento de la segunda urbe vizcaína, que ya había anunciado que el taller se había volcado con la elaboración de mascarillas (llegando a fabricar medio millar diarias), pero ahora apunta que se les ha trasladado la necesidad de crear estas batas.
«Nos hemos centrado en esa prioridad para poder suministrar cuanto antes el material a las personas que están en primera fila de la lucha contra la pandemia», detalla la alcaldesa, Amaia del Campo. El Consistorio estima que se podrán fabricar al menos otras 200 batas diarias a través de la red de voluntariado a la que se ha dado forma durante la última semana en la localidad vizcaína.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El humilde y olvidado Barrio España: «Somos como un pueblecito dentro de Valladolid»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.