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El Índice de Producción Industrial (IPI) que elabora el Instituto Vasco de Estadística Eustat es el gran termómetro de la actividad productiva vasca y su diagnóstico sobre 2019 es que no hay fiebre, pero las defensas están un poco bajas. Dicho de otro modo, el ... balance de la actividad industrial terminó el año pasado en positivo, pero con un alza de sólo un 1,3%, nivel muy inferior al de ejercicios precedentes. Hay que remontarse hasta 2014 para encontrar una tasa similar. Además, el alza de la industria fue inferior al crecimiento del conjunto de la economía vasca, cuyo cierre provisional para el pasado año, según adelantó el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, se situó en el 2,2% en términos de PIB.
Una parte significativa de la ralentización industrial vasca hay que buscarla en el exterior, ya que el sector productivo de la comunidad está muy internacionalizado y durante 2019 el principal destino de las exportaciones vascas, véase la Unión Europea, se vio afectado por la desaceleración de Alemania, la gran locomotora industrial el continente; el adormecimiento de Francia; los sobresaltos de Reino Unido y la crisis italiana. De ahí que hasta noviembre, último dato oficial disponible, las ventas vascas al exterior contabilizaron un descenso del 0,7%, al quedarse en 23.577 millones.
El hecho de que el índice del acumulado anual ofrezca ese alza del 1,3% responde a una dinamización de determinados subsectores industriales en la segunda parte del año, que permitió remontar las curvas negativas de marzo, julio y octubre.
Entre las actividades con mayor dinamismo se encuentra la energía, especialmente en Bizkaia, vinculada al gas (+14,5%) propiciado por un incremento de la generación eléctrica por ciclos combinados. Ya que lo que es la actividad de refino bajó como media anual un 15,3%, principalmente influenciada por las paradas técnicas programadas de Petronor.
Los otros subsectores con mejor comportamiento el pasado año fueron material y equipo eléctrico, con un alza acumulada anual del 5,5%; mueble y otras manufacturas (+3,7%) y caucho y plásticos con (1,5%). En el lado opuesto, los mayores descensos los experimentan, además del refino, los productos informáticos (-3,8%) y la industria química (-3,1%).
Europa ralentizada
Energía
Pese a que en los dos últimos meses de 2019 fue la industria alavesa la que registró mayores alzas interanuales, lo cierto es que en el balance del acumulado anual este territorio vuelve a ser el único que cierra en negativo por segundo año consecutivo: un -1,9% en 2019 y menos, un -0,7%, en 2018-, a pesar de que su mayor empresa -Mercedez Benz Vitoria- logró remontar en el último trimestre la caída de la cartera de pedidos que experimentó a principios de año. En este cambio de signo jugó un papel importante un pedido de 1.350 vehículos que entró en octubre y que permitió cerrar el año con una producción global de 145.500 unidades. Las perspectivas de la gran planta alavesa son que en 2020 se incrementará la producción y sus estimaciones apuntan a producir 152.200 unidades, una cifra que sería récord en la historia de la factoría.
Por contra este optimismo no se vive en Michelin, la segunda empresa más importante del territorio alavés, que exporta el 80% de la producción. Ya tuvo que parar algunas lineas de producción de forma coyuntural a finales de año y habrá que ver la evolución de los pedidos de 2020.
En el lado opuesto está la industria vizcaína. Fue la que más creció durante la mayor parte del año y en su balance acumulado anual muestra un alza de un 4,2%. Este crecimiento tiene mucho que ver con la positiva evolución ya mencionada del sector energético relacionado con el gas, puesto que en la manufactura de transformación metálica el balance no fue tan positivo. Al contrario, según explica el director gerente de la Federación vizcaína de Empresas del Metal (FVEM), Adolfo Rey, «el segundo semestre de 2019 no ha sido bueno». El 86% de las empresas, especialmente las pymes, manifestaron que su actividad se había mantenido o reducido, al tiempo que la entrada de pedidos para el primer trimestre de 2020 había sido tímida, por lo que «confían en que la mejoría llegue en el segundo trimestre».
Finalmente, la evolución guipuzcoana acumuló un alza de sólo un 0,5% en su producción industrial en 2019, cuando en los dos ejercicios anteriores su crecimiento fue de un 5,5% en ambos. El sector que mantiene el tipo, aunque sin grandes alegrías, es la manufactura.
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