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Fernando Segura
Sábado, 14 de diciembre 2019, 11:18
El Gobierno Vasco mantiene el objetivo de que la industria suponga el 25% del PIB el próximo año, pese a que la desaceleración ha restado empuje a la economía en general y a este sector en particular. Euskadi es un país industrial, pero este músculo ... ha perdido potencia en los últimos años. Llegó a representar el 31% del PIB en el año 2000. La crisis de 2008-2014 provocó que el índice bajara hasta el 24%, un declive que llevó al Ejecutivo autónomo a aprobar el Plan de Industria 2017-2020, fijando el reto de elevar el índice hasta al 25% en tres años.
Aquella previsión se realizó con el viento a favor de una economía que remontaba con brío tras superar el batacazo de los años anteriores. Ahora, a las puertas del 2020, las tornas han cambiado. En el caso de la industria vasca, los últimos datos confirman la ralentización. El Eustat registró en el tercer trimestre (julio-septiembre) un descenso del 0,2% del PIB industrial respecto al periodo abril-junio. En el caso de las manufacturas la bajada fue del 0,4%. El Indice de Producción creció un 0,6% en octubre, pero en Gipuzkoa se redujo un 1,8%.
Este panorama no hará variar el objetivo del Gobierno Vasco de que la industria recupere el protagonismo perdido. El viceconsejero del ramo, Javier Zarraonaindia, afirma que a fecha de hoy el sector supone ya el 24,6% del PIB, de manera que «estamos rozando el 25%», un índice que asegura se alcanzará en 2020, acompañado de un crecimiento de la producción de entre el 1 y el 2%. En el caso de Gipuzkoa señala que el territorio cumple ya con creces este objetivo, apuntándose un 28%.
El viceconsejero subraya que si a la industria pura y dura se le añaden los denominados 'servicios conexos', la suma de ambas actividades supera el 50% del PIB. «Es cierto que a efectos estadísticos la industria se ciñe a unos sectores determinados, pero cuando hablamos de ciberseguridad, 'Big Data' o inteligencia artificial, todo el mundo entiende que la relación es intrínseca. Si tenemos en cuenta este hecho -subraya Zarraonaindia- superamos de sobra el objetivo».
Dejando al margen estos 'servicios conexos', el viceconserejo señala que los motores están siendo la aeronáutica, los transportes -especialmente el ferrocarril- y la energía. En el caso de la automoción, explica que padece un parón coyuntural debido a la incertidumbre tecnológica que afecta a esta actividad. En cuanto al 'oil&gas', explica que sigue sufriendo la bajada de los precios del petróleo. «Parece que hay cierta reactivación, pero no en los márgenes», advierte el viceconsejero.
Zarraonaindia admite que la desaceleración es una realidad, pero subraya que no hay que caer en «alarmismos». Añade que frente a la ralentización la receta pasa por «no quedarnos parados. La clave radica en la diversificación y en invertir en I+D».
Patxi Sasigain, director de Competitividad e Innovación de Adegi, no tiene tan claro que sea posible cumplir con el objetivo. Recuerda que el PIB de la industria se redujo un 18% entre 2008 y 2014, pasando del 28,3% al 24,1%. Entre 2015 y 2018 creció un 16,6%, una evolución espectacular pero que, según señala, solo le ha permitido pasar a representar el 24,3%, es decir, apenas dos décimas de ganancia. Este escaso crecimiento se debe, explica Sasigain, a que los demás sectores también presentan tasas elevadas. De hecho, los servicios han registrado en cuatro años un alza del 15,7%.
Sasigain subraya que para aumentar la participación de la industria hasta el 25% del PIB «necesitaríamos que creciera un punto por encima del resto de sectores durante 4-5 años seguidos, lo cual es muy difícil porque es la actividad más sometida a la competencia internacional y cualquier problema en los mercados se traslada rápidamente a la industria, frente a la estabilidad de los servicios. Por tanto, aunque parezca que pasar del 24 al 25% del PIB es poco, supone un reto muy complicado».
Sasigain, en línea con el Gobierno Vasco, matiza que si ampliamos el concepto a lo que se ha denominado 'nueva industria', es decir, a los servicios conexos citados anteriormente, «como las telecomunicaciones, la informática y el I+D, estamos por encima del 36%».
En el caso de Gipuzkoa, Sasigain recuerda que la industria suponía en 2008 el 32,4% del PIB del territorio, descendiendo al 27,6% en 2014. Desde entonces ha crecido un 16,7%, representando en 2018 un 27,7%. Por tanto, estamos por encima del objetivo del 25% marcado para el conjunto de Euskadi, pero con la salvedad de que partíamos de una mejor posición.
JAVIER ZARRAONAINDIA, VICECONSEJERO DE INDUSTRIA
PATXI SASIGAIN, ADEGI
JOSEBA MADARIAGA, LABORAL KUTXA
El responsable de Adegi explica que, por sectores, en los últimos cuatro años han despuntado en Gipuzkoa especialmente el 'Material de transporte', seguido por la 'Industria química y de productos farmacéuticos', la rama de 'Caucho y plásticos' y la de 'Productos informáticos y electrónicos'. Durante 2019 el que mejor se está comportando ha sido de nuevo 'Material de transporte', seguido por 'Fabricación de material y equipo eléctrico', la 'Industria química' y la 'Metalurgia y productos metálicos'.
Respecto a lo que sucederá en 2020, Sasigain se muestra cauto. «No tenemos previsiones al respecto. Los principales indicadores señalan hacia una moderación del crecimiento de la actividad industrial, aunque en positivo. Europa y en especial Alemania apuntan a un cierto optimismo que cohabita con la incertidumbre».
Joseba Madariaga, director del servicio de estudios de Laboral Kutxa, se muestra diplomático a la hora de responder si el reto marcado por el Ejecutivo autónomo es factible. «No deja de ser un objetivo de un actor muy relevante en el país, pero incrementar el peso del sector requiere el compromiso de todos los actores económicos y sociales». Añade que desde el inicio de la crisis el aporte de la industria al PIB «ha venido siendo del 22%, una cifra que supera claramente los valores del conjunto del Estado, la eurozona y la UE-28. Previsiblemente la actual desaceleración no cambiará de forma significativa el porcentaje».
El experto de Laboral Kutxa indica que para alcanzar el 25% se deben poner en marcha políticas de formación e innovación que incorporen la digitalización y el desarrollo tecnológico, acompañadas de un impulso al cambio del modelo energético hacia otro más sostenible y de unas infraestructuras que permitan la conexión con los mercados globales. Además, y de manera especialmente relevante, resalta la necesidad de redimensionar las empresas, «ya que el factor tamaño es otro de los elementos que definen la competitividad».
Laboral Kutxa presentó en julio una previsión de crecimiento del PIB vasco para 2020 del 2,1%. En el caso del valor bruto industrial fue del 1,5%. Madariaga adelanta que en las estimaciones que la entidad dará a conocer en breve se realizará alguna corrección a la baja en ambas magnitudes, «perdiéndose algunas décimas».
31% fue el PIB industrial en 2000. La crisis provocó que bajara hasta el 24%. El objetivo para el próximo año es que se sitúe en el 25%.
0.2% se redujo el PIB de la industria en el tercer trimestre del presente ejercicio respecto al anterior
1.8% fue el descenso de la producción industrial de Gipuzkoa en octubre. En Euskadi se incrementó un 0,6%.
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