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Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada, sentido Cantabria, por la avería de un camión

Primero, la vicepresidenta Díaz salió en tromba, como acostumbra, y trató de imponer su propuesta de rebajar las horas de la jornada laboral sin rebaja del salario ni aumento de las horas extras. Sin matices, ni geográficos ni sectoriales y sin discriminar por tamaños. Vamos, ... lo habitual, al bulto y por derecho. Es decir, por pereza. Todo ello aderezado de un lenguaje faltón e insultante, acusando a la patronal de burlarse del diálogo y tras imponer plazos cortos y ultimátums irrevocables. Los empresarios reaccionaron igualmente con dureza, no se levantaron de la silla, pero se callaron en la mesa y retaron a la también ministra de Trabajo a que hiciera lo que creyera más conveniente en uso de sus no discutidas prerrogativas. La señora Díaz debió echar cuentas y quizá pudo comprobar que su suelo parlamentario era más endeble de lo necesario para obtener el apoyo imprescindible de los votos de sus colegas. Es evidente que el Gobierno no necesita abrir nuevas vías de agua, pues ya tiene más que el pantano de la Almendra. Quizá por eso, la señora Díaz arrió parcialmente las velas, mantuvo su propuesta y reafirmó sus límites, pero se dio más plazo para llegar al acuerdo, supongo yo que para hacer nuevos recuentos de votos.

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elcorreo Un poco de sensatez