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El nuevo Gobierno se enfrenta a grandes retos y lo va a hacer con 'casi' el mismo equipo. Continúa la vicepresidenta Calviño a quien se la ve muy cansada y con ganas de dejarlo. Tan es así que ha visto cómo se 'amputaba' la Transformación ... Digital entre sus anteriores responsabilidades, para dársela a Escrivá, para quien es una clara degradación en la escala de mando, solo explicable si se convierte en la 'sala de espera' de una vicepresidencia -dudo mucho que fuese también la primera-, cuando su actual responsable ocupe su nuevo cargo europeo. Si Calviño se da prisa evitará la negociación europea para la vuelta a la ortodoxia presupuestaria que quedará en manos de Montero, con menos experiencia en estas lides y muchos menos contactos en ese zoco. Lo bueno es que no hay traducción andaluz-inglés y no le entenderá nadie. Igual que aquí, vamos. Su ascenso a la cuarta vicepresidencia remunera su incansable fidelidad. Por cierto, ¿para qué hacen falta de nuevo cuatro, si ya ahorramos una con ocasión del 'ahorcamiento' de Pablo Iglesias?

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elcorreo Nuevo, pero no distinto