Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Pocas relaciones tormentosas en la reciente historia empresarial española se han prolongado tanto como la de Iberdrola y ACS, con Ignacio Galán y Florentino Pérez al frente. Desde que en 2006 comenzara su vinculación, las discrepancias, recelos y disputas han estado a la orden del ... día. Con la liquidación de su particular condominio, hace cinco años, parecía estar todo vencido. Pero los rescoldos de aquellos años de pugnas han derivado en la imputación de Galán, a cuenta de los supuestos espionajes encargados para vigilar de cerca los movimientos de ACS.
En plena burbuja de principios de siglo, todo el sector del ladrillo se lanzó al energético. Sacyr se convirtió en el principal accionista de Repsol y ACS en punto de referencia en Iberdrola, donde entró con un 12%. La jugada parecía factible para los intereses de ambos: la constructora podía servir de escudo ante las ofertas que llegaban desde Europa sobre el sector energético español. Sin embargo, Galán siempre receló de la entrada de ACS y las sospechas crecieron a medida que aumentaba su presencia.
A los pocos meses del matrimonio corporativo, ACS fue declarada 'non grata' en Iberdrola. Se llegó a impedir que ejerciera todos sus derechos de voto (del 12,3%) y los limitó al 3%. El motivo esgrimido fue que ACS también estaba presente en otra eléctrica, Fenosa. En su insistencia por desbancar a Galán, Pérez vendió el 45,3% de Unión Fenosa. Así frenaba las trabas legales y, además, obtenía recursos para la costosa batalla. En 2010, una histórica junta de accionistas de Iberdrola rechazó el nombramiento de José María Loizaga como consejero en representación de ACS, que en esos momentos ya tenía un 19%. Justo cuando Galán cumplía diez años al frente de Iberdrola, ACS vendió sus últimos títulos en la eléctrica. Al final, Florentino perdió la guerra con unas minusvalías de más de 1.500 millones.
Desde entonces, Iberdrola se ha convertido en una firma de referencia mundial, especialmente en las renovables. ACS, tras aquella aventura, mantiene una importante participación en Hotchief, una de las primeras constructoras. La última gran operación en mente de Pérez se llama Atlantia: la firma de autopistas de peaje más grande de Italia, por la que ha ofrecido 10.000 millones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.