Ignacio Galán reclama una política energética «predecible y estable»

Ya el pasado miércoles, en su intervención ante los analistas para presentar los resultados trimestrales de la compañía, Galán reclamó «más zanahorias y menos palos», con el objetivo de facilitar las inversiones que requiere la descarbonización. Hoy, en su mensaje a los accionistas, también ha recordado que la mitad de los 47.000 millones de euros de inversión que la empresa tiene previstos hasta 2025 irán destinados a Estados Unidos. Un país, anticipó en su intervención del miércoles, «en el que hay muchas zanahorias».

El presidente ha evitado las críticas directas a la política energética del Gobierno de Pedro Sánchez -las discrepancias no están en los objetivos sino en la forma de llegar a la meta- y ha optado por una vía indirecta, la de referirse en tono positivo a lo que hacen otros e Iberdrola cree acertado. Así, se ha referido a la apuesta de «reglas comunes» de la Unión Europea en su reforma del mercado eléctrico y también a los incentivos que ha puesto en marcha la administración de Biden en Estados Unidos «para favorecer las inversiones y también el desarrollo industrial».

Galán se ha referido al momento dulce que vive la empresa, «pese a las incertidumbres y a lo complicado que fue 2022», con un valor de la empresa en máximos históricos y por encima de los 76.000 millones de euros; una remuneración a los accionistas también de récord y una evolución de los beneficios que, ha anticipado, «superarán los 5.000 millones anuales de euros en el horizonte de 2025».

También se ha felicitado por la resolución del contencioso que Iberdrola mantenía en México y que se ha saldado con la venta al Estado del 60% de la capacidad del generación en el país. «Permaneceremos vendiendo energía a clientes industriales», ha señalado para valorar en tono positivo el desenlace, que además va a reportar una inyección de 5.500 millones de euros de liquidez en la caja de la compañía. El presidente descartó problemas financieros a corto y medio plazo pese a la subida de tipos de interés porque, apuntó, «el 87% de nuestra deuda, con un plazo medio de vida de seis años, está convenida a tipo fijo».

Por último, Ignacio Galán ha agradecido a los accionistas «el calor y el respaldo que he sentido desde que asistí por primera vez a una junta de accionistas, hace ahora 22 años», entonces como vicepresidente, tras recordar que este periodo en el que ha dirigido la compañía ha sido «una buena apuesta». Llegó con un valor de 3,5 euros por cada acción y su reelección se produce cuando los títulos se cotizan por encima de los 11,7 euros, además de haber seguido una política de dividendos al alza en estas dos décadas.

Entre las preguntas de los accionistas figuraba una de representantes sindicales -no se identificó la procedencia exacta- interesándose por la remuneración salarial de la plantilla. En ese punto Galán se limitó a mostrar «compromiso con el diálogo con los sindicatos para alcanzar acuerdos».

La compañía pagará a sus accionistas un dividendo extraordinario de 32,2 millones de euros, tras haberse cumplido por segundo año consecutivo el reto que había planteado la compañía para estimular una masiva participación en la junta de accionistas. Supone 0,005 euros por título. Así, este pago estaba superditado a que al menos un 70% del capital social de la empresa estuviese presente o representado en la junta y la cifra se ha superado. Según los datos ofrecidos por el secretario del consejo de administración, el 71,97% de los accionistas han participado, de forma directa o delegando su representación, en la junta anual de este año. Ese dividendo se sumará a los 0,49 euros por acción que Iberdrola ha aprobado con cargo a los resultados de 2022, de los cuales 0,19 ya se habían abonado a los accionistas.