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La revolución del precio eléctrico que vienen soportado los hogares españoles prácticamente desde la pasada primavera ha acelerado el traspaso de contratos que ya venía teniendo lugar desde el mercado regulado (el de la tarifa PVPC) al libre (los contratos con importes fijos). Las eléctricas ... que comercializan algunas de esas más de 200 tarifas libres que están en vigor no solo han captado todas las bajas que se han producido en el mercado regulado. Además han acaparado la mayor parte de las nuevas altas que se han ido registrando, procedentes de viviendas de nueva construcción, por ejemplo.
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Así lo indican los últimos datos actualizados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuyas estadísticas muestran cómo el alza de precios que comenzó en abril aceleró el traspaso de contratos de una modalidad a otra. En concreto, en mayo -el último registro disponible en Competencia- cifra en 10,5 millones de hogares el número de contratos con tarifa regulada frente a los 10,7 de principios de 2020, justo antes de la pandemia. Unos 240.000 menos que antes de este último verano. Y todo apunta a que a medida que han transcurrido los últimos meses, los usuarios han ido dejando de lado el PVPC.
Se trata del recibo en el que se paga el kwh en función de cómo evoluciona el precio del mercado diario, el sistema que tantos sustos lleva dando desde hace siete meses. Al estar vinculada a ese 'pool', la tarifa regulada se ha incrementado notablemente estos últimos meses, llegando a pagarse más de 30 céntimos/kwh en muchas jornadas y tramos horarios. La media del primer semestre se encuentra en los 23 céntimos/kwh, según Eurostat.
Esas alzas han provocado un goteo de bajas en el mercado regulado para trasladarse al libre. El cambio es gratuito para los hogares que pueden acogerse a ese tipo de tarifa. Cuando la luz comenzó a subir de forma desorbitada a mitad del verano, las compañías comenzaron a ofrecer tarifas estables a los consumidores para que esquivaran esa volatilidad.
De hecho, Endesa lanzó una tarifa con un precio base de 58 euros /MWh que se mantendrá fija y sin variaciones durante dos años. En el caso de Naturgy, puso en marcha una tarifa liberalizada que asegura un precio 60 euros/MWh durante los dos próximos años, tanto para antiguos como nuevos clientes. E Iberdrola ha optado por la personalización de las tarifas a clientes domésticos para adaptarse a este nuevo contexto.
Sin embargo, desde las organizaciones de consumidores vienen advirtiendo en los últimos meses de la necesidad de analizar minuciosamente cualquier oferta. Pueden verse atraídos por fuertes descuentos iniciales, pero deben tener en cuenta aspectos como el precio del kwh que se va a pagar, condiciones de los contratos y, sobre todo, la obligación de permanecer con esa eléctrica un tiempo determinado.
A pesar de todos esos matices, una buena parte de los consumidores prefieren pagar un precio fijo, aunque resulte más elevado por garantizar esa estabilidad, que seguir en un mercado regulado marcado por la incertidumbre y elevados precios como los de los últimos meses. Y ello a pesar de que históricamente el PVPC ha ofrecido importes medios más bajos que cualquiera de las libres.
Los datos de la CNMC también son claros en este sentido. Hasta finales de mayo había 16,2 millones de hogares con las tarifas libres contratadas. Suponen unos 340.000 titulares más que antes de la pandemia. En enero de 2020 eran 15,9 millones las viviendas en el mercado libre. Ese crecimiento no solo se explica por las bajas del mercado regulado (unas 240.000) sino por las nuevas conexiones (viviendas recién construidas, entre otras circunstancias), que optan por los contratos libres frente a la regulada PVPC.
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