Lo que ha sucedido en los cuatro primeros meses de este año es una tormenta perfecta en lo fiscal que ha terminado por frenar en seco el ritmo de la recaudación de impuestos en Euskadi tras los crecimientos de doble dígito de los tres últimos ... ejercicios. Hasta abril, y por primera vez desde el covid, las diputaciones han ingresado menos que el año anterior. Los 5.466 millones que han pagado ciudadanos y empresas son 73 menos, un 1,34% de descenso. El año pasado este porcentaje, en cambio, fue de un 12% de incremento.
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La causa ha estado en imprevistos, como las devoluciones que las haciendas forales han tenido que hacer por las aportaciones de miles de mutualistas, un coste que este año será de unos 115 millones. También por los extraordinarios, como los 40 millones extra que obtuvo Bizkaia en el IRPF de no residentes el pasado año. Y, en último lugar, por el enfriamiento general de la economía. Una situación que se ha dejado notar con fuerza en el IVA y, sobre todo en los impuestos de hidrocarburos, de especial protagonismo por la actividad de Petronor. El IRPF, en cambio, se ha mantenido plano gracias al buen comportamiento del empleo y Sociedades también ha crecido una media del 10% por los beneficios de las empresas el año pasado.
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