Las haciendas vascas ingresaron 18.213 millones el pasado año, un nuevo récord histórico

Los datos, publicados este viernes por las diputaciones, revelan también que los ingresos de las haciendas han superado de forma significativa todas las estimaciones que se habían hecho. Así, en octubre de 2022, cuando se hicieron los presupuestos de ingresos para 2023 se había estimado que la recaudación tributaria crecería el 5,5% Y eso que en aquel momento las previsiones sobre la evolución de la economía para el ejercicio eran más generosas de lo que luego ha sucedido en realidad. Hace apenas unos meses, el pasado octubre, las diputaciones y el Gobierno vasco hicieron una nueva aproximación sobre el cierre del año, precisamente para preparar el presupuesto de 2024. Tampoco acertaron porque apostaron por un aumento del 5,67%, inferior al 6,31% que arrojan los datos definitivos.

Esos magníficos datos de recaudación del fisco tienen su base en el buen comportamiento de la economía, que en Euskadi cerró el pasado año con un aumento del 1,8% en el PIB y también con el alza de precios que también tiene incidencia en el aumento de los salarios. En 2023 la deflactación de las tablas de gravamen del IRPF -el ajuste monetario que se realiza para modular la presión fiscal- tan solo fue del 2%, frente a un incremento del IPC del 3,1%, lo que significa que por esa vía las arcas forales también han arañado un aumento adicional de sus ingresos.

En la recaudación por IRPF han jugado un papel clave los aumentos en las retenciones de las nóminas de los empleados, que han crecido por encima del 10%, de la mano de un descenso en la tasa de desempleo y del mencionado aumento salarial que comenzó a tomar fuerza desde los primeros compases del ejercicio.

El Impuesto de Sociedades también se ha recuperado, con incrementos superiores al 20% en el caso de Bizkaia, debido a la tendencia de recuperación de los márgenes de negocio de las empresas en la salida de la pandemia. Hay que tener en cuenta que la recaudación anual de este impuesto refleja lo que sucedió justo un año antes, en este caso 2022, cuando ya se consolidó la recuperación de la actividad tras el brusco descenso de los beneficios provocado por el covid.

El IVA, que es habitualmente un termómetro del consumo, se vio afectado el pasado año por las medidas excepcionales aprobadas por el Gobierno central para paliar los efectos perversos de una inflación desbocada. Así, la reducción del tipo de IVA en la factura de electricidad, gas y también en los alimentos básicos, provocó el pasado año un pinchazo en los ingresos por este tributo. Aunque en Álava se registró un aumento del 4,76%, en Bizkaia la caída fue del 5%.

Por territorios, Bizkaia es el que ha tenido un mejor comportamiento con un aumento del 6,9%, por encima de la media, mientras que en Gipuzkoa el ascenso ha sido del 6,47%. La diputación alavesa es la que peores cifras ha contabilizado, con un aumento de sus ingresos de tan solo el 4,10% en comparación con las cifras que registró en 2022.