Las haciendas vascas esperan recaudar el próximo año 1.400 millones más que en 2024

Como si hubiese una consigna dictada por alguien, los tres diputados generales y el consejero de Hacienda del Gobierno vasco, Noël D'Anjou, se han referido este martes al «buen comportamiento de la economía vasca este año», a pesar de que todo apunta a un diferencial negativo de más de un punto en comparación con el PIB del conjunto de España. La recaudación de impuestos, se espera, apenas superará los 18.300 millones de euros en diciembre. En suma, tal solo un 0,5% más que el pasado año y 100 millones de euros más. Lejos del 4,2% de aumento que se había presupuestado, pero justificable porque las diputaciones han sufrido el impacto de una sentencia del Supremo que les ha obligado a corregir las declaraciones del IRPF de cientos de miles de mutualistas. Unas devoluciones que van a suponer una cifra cercana a los 800 millones de euros.

El próximo año, si embargo, ya con la mochila de los exmutualistas liquidada, volverá la alegría a las arcas forales. De ahí que se hayan presupuestado los 19.718 millones en ingresos. En terminos homogéneos -descontado el efecto mutualistas de este año- supondría un aumento en el entorno del 3,8%. Con todo ello, el Gobierno vasco dispondrá de 13.000 millones de euros aportados por la actividad económica de los vascos -ciudadanos y empresas- para elaborar su Presupuesto de 2025. Como ya adelantó el lehendakari, Imanol Pradales, «el mayor de la historia».

La diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza y el máximo responsable foral de Álava, Ramiro González, han admitido la «dificultad» que tendrá la negociación de los Presupuestos de 2025 en ambos territorios, donde la coalición PNV-PSE no tiene una mayoría suficiente en las Juntas Generales. Mendoza ha señalado que «hay voluntad e insistiremos para llegar un acuerdo», al tiempo que Ramiro González ya ha anticipado que, por algunos mensajes de la oposición, «puede plantearse una negociación global que afectaría al mismo tiempo a los Presupuestos y a la reforma fiscal». En la misma línea, el político alavés ha apuntado que «algunos gestos de Bildu a lo largo de este año, con peticiones del todo desmesuradas, no invitan al optimismo» ante la posibilidad de que el acuerdo pueda alcanzarse con al izquierda abertzale. Pese a todo ambos han apuntado también que hay un lado positivo en la negociación que debe iniciarse ahora «porque no hay un proceso electoral a la vista».

Los responsables institucionales sí han desvelado hoy que la reforma fiscal sufrirá otro retraso, justificado esta vez por la acumulación de tareas tras los últimos procesos electorales. Aunque los trabajos de propuesta de modificaciones fiscales se iniciaron antes del verano, el proyecto de norma no se aprobará antes de finales de noviembre y su tramitación parlamentaria no concluirá previsiblemente hasta el mes de marzo de 2025. Este hecho ya indica que, al menos en lo que hace referencia a los impuestos de Sociedades e IRPF no cabe esperar muchas medidas que supongan un incremento de la presión fiscal, al menos por la vía del recorte de deducciones. Más bien al contrario, fuentes forales apuntan a EL CORREO que la reforma va a volcar su peso en «el impulso de la actividad económica», así como en el respaldo a las medidas de transición energética. Las tres diputaciones ya han anticipado a textos que serán aprobados antes de que finalice 2024 la extensión de la rebaja de 200 euros para todas las rentas que no superen los 35.000 euros.