La guerra al plástico logra los primeros ingresos por 7.300 toneladas de envases

Ambas figuras fueron impulsadas por el Gobierno central y en noviembre de 2022 se acordó con el Ejecutivo vasco y las diputaciones en la Comisión Mixta de Concierto su traslado a la normativa foral para permitir su recaudación.

En el caso del plástico, las haciendas vascas han registrado la compra o fabricación de envases de un solo uso por empresas en un volumen de 7,3 millones de kilos, lo que las ha reportado unos ingresos de 3,2 millones de euros. Es el resultado de pagar la tasa de 0,45 euros por cada kilo adquirido o producido en este material y que debe quedar recogido en un cuaderno de contabilidad que las empresas han tenido que habilitar.

Se trata de una decisión que no ha estado exenta de polémica, ya que estaba previsto que se aplicara en 2022 pero se retrasó un año. Una moratoria que las compañías del sector de los supermercados reclamaron prorrogar para evitar un nuevo gasto en plena escalada de precios de los alimentos. Según las principales patronales de la distribución alimentaria esta medida tendrá un impacto en toda España de 690 millones de euros.

Los problemas de la falta de reciclaje del plástico se han convertido en una auténtica cruzada para la Unión Europea, que ha comenzado a desarrollar directivas que en España se han materializado en un Real Decreto que tiene como objetivo reducir un 20% el uso de estos envases en 2030. Además, las tiendas con más de 400 metros cuadrados tendrán la obligación de destinar el 20% de su superficie a la venta a granel. El siguiente paso se dará el próximo año, cuando el tapón de los envases no podrá desprenderse del recipiente una vez abierto.

Por territorios, ha sido Gipuzkoa el que mejor comportamiento ha presentado, con más de la mitad de la recaudación total en Euskadi. Así, la hacienda guipuzcoana ha ingresado un total de 2,2 millones de euros, por 690.000 euros en Bizkaia y unos testimoniales 316.000 en Álava.

El otro impuesto contempla una tasa por dejar residuos en los vertederos. Una figura con la que el Gobierno de España quiere terminar con el 'turismo de la basura'. Un fenómeno por el que las empresas trasladaban sus vertidos a las autonomías en las que era más barato el depósito de los deshechos. Y es que algunas comunidades habían fijado un recargo por este uso, mientras otras no. Se trata, además, de implantar el principio de que 'quien contamina, paga'.

El impuesto consta de un pago por cada kilo de material depositado en los vertederos. Hasta el momento, las haciendas vascas han recaudado por este concepto un total de 2,9 millones de euros. En Euskadi, dada la saturación de los vertederos, es una cuestión de especial importancia que generó un cierto roce en el Gobierno foral de Gipuzkoa. El PSE, que forma parte de la coalición del Ejecutivo con el PNV, se desmarcó a la hora de aprobar este impuesto porque exigió dotarlo de un carácter finalista. Es decir, que su recaudación se empleara para inversiones en los vertederos guipuzcoanos. Su reparto territorial ha sido liderado por Bizkaia, con 2,6 millones, mientras que 369.000 euros han correspondido a Gipuzkoa.