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El Gobierno vasco ha sacado a licitación pública la contratación de una firma para afrontar los servicios de «consultoría y asistencia técnica especializada, para la ... elaboración, seguimiento y cierre del plan de desarrollo industrial del periodo 2025-2028». En síntesis, elaborar el plan con las estrategias en materia de industria que quiere poner en marcha el gabinete de Imanol Pradales en esta legislatura y que, previsiblemente, no estará listo hasta bien avanzado 2025, a las puertas del verano. Esto es, un año después del arranque de la legislatura. El presupuesto es de 363.000 euros, cantidad que tiene el IVA incluido.
La iniciativa acaba de ser publicada en el portal de contratación del Gobierno vasco hace apenas unos días y las firmas que estén interesadas en asumir el encargo tienen de plazo hasta el 18 de noviembre para presentar sus propuestas. Además del trabajo inicial de elaboración del plan de industria, el adjudicatario deberá comprometerse a realizar el seguimiento hasta su final. Lo cierto es que el pliego no establece directrices muy concretas, aunque sí que apunta a que el contenido tendrá que ser coherente con las premisas fijadas en el programa de gobierno.
Fuentes del Ejecutivo vasco han señalado que en la pasada legislatura, con el Departamento de Desarrollo Económico situado bajo la directriz de Arantxa Tapia, «no se subcontrató la elaboración del plan de desarrollo industrial. Se hizo con medios propios, aunque sí se realizó un contrato con Orkestra -el instituto de la competitividad tutelado por la Universidad de Deusto- para que ejerciesen de contraste».
El propio pliego de condiciones para la licitación justifica el hecho de que sea necesario recurrir a esta subcontratación: «En la actualidad los medios humanos de que se dispone no son suficientes para atender el volumen y especialización de la necesidad a contratar», señala textualmente el documento.
En esta ocasión, la SPRI, la sociedad pública dependiente del Departamento de Industria que ha asumido el encargo, ha formulado un baremo muy equilibrado para evaluar las propuestas. De 100 puntos en juego en la calificación de cada oferta, 51 se destinarán a criterios económicos -en función del descuento que planteen por debajo de los 363.000 euros-, mientras que los otros 49 corresponden a criterios subjetivos: idoneidad del equipo de profesionales que se proponga para el trabajo y la metodología para llevarlo a cabo.
Fuentes del sector de la consultoría estratégica -lógicamente interesado en este tipo de encargos-, se muestran favorables a la iniciativa del Departamento de Industria que dirige ahora el consejero Mikel Jauregi. Incluso, justifican la fórmula adoptada por el hecho de que «sea un consejero nuevo, que lleva dos décadas fuera del País Vasco y que probablemente no tiene un conocimiento profundo de la realidad industrial de aquí».
Las mismas fuentes también indican que «buscar ideas fuera del Departamento está bien y es lógico. De lo contrario, de elaborar un nuevo plan con la misma gente que ya hizo el anterior, les llevaría a hacer un calco. Siempre es bueno tener ideas frescas», apuntan. El presupuesto de la licitación, concluyen, «está dentro de lo normal para un trabajo de este tipo».
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