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Hay mimbres para confiar y para esperar un «escenario más optimista» tras el verano. Así de claro lo ha explicado este jueves el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, que ha anunciado una revisión al alza de las previsiones del Ejecutivo ... para diseñar un Presupuesto que en el 2024 «permita responder a los retos que debe afrontar la economía vasca».
En otras palabras, el Gobierno vasco ve el final de la desaceleración económica. El propio Azpiazu ha señalado que «el 2024 será mejor que el 2023». Un mensaje que ha lanzado al recordar que la previsión para el año que viene contempla hoy un crecimiento del 2,1%, «por encima de nuestra capacidad potencial» y cuando la cifra actual para 2023, que será revisada en septiembre, está en el 1,6%.
El responsable de la cartera económica de Ejecutivo advierte, además, síntomas positivos en los precios que permiten aventurar el final también de uno de los episodios inflacionistas más intensos de este siglo. Azpiazu ha explicado que la caída de coste de la energía está permitiendo ese avance, dejando el IPC en Euskadi en el 2,3%, el mejor dato desde 2008. Aunque este jueves a mediodía el Banco Central Europeo apruebe otra subida de tipos hasta alcanzar el 4,25%, el consejero de Economía ha insistido en que la zona euro ha visto ya cómo descienden sus precios con una inflación que pasó del 6,1% en mayo al 5,5% en junio. Del mismo modo ha destacado que el precio de la cesta de la compra, el que persiste con la subida más acentuada, también está iniciando el retroceso con un 9,9% que suponen un descenso de casi dos décimas respecto a mayo.
Para Azpiazu, la fortaleza económica e industrial de Euskadi está en condiciones de aguantar el hecho de que Alemania, el principal comprador de la producción vasca, así como otros países de Europa estén en recesión técnica. Aunque ha reconocido que puede dejarse notar en las exportaciones vascas, que han acusado dos meses consecutivos en negativo.
A pesar de eso, Azpiazu ha explicado que tanto el empleo como el crecimiento económico han registrado en Euskadi durante el segundo trimestre de este 2023 mejores cifras que las previstas. El dato de la Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada por el INE, hecho público este mismo jueves ha situado la tasa de paro en Euskadi en el 7,13%, la más baja de España. Confirma, así, la reducción de los parados en 14.500 personas, según la Encuesta de Población en Relacion con la Actividad del Eustat de la semana pasada y que dejaba la tasa de desempleo en el 7,4%, la más baja desde la crisis financiera de 2008. Y el PIB, por su parte, creció entre abril y junio un 1,6% interanual, una décima más de lo anunciado por el Gabinete Urkullu.
Aún así, el responsable de la hacienda del Gobieno vasco, en la presentación del informe económico de 2022, ha insistido en que manejan parámetros para hacer un Presupuesto «fuerte» que seguirá antendiendo a las necesidades de las personas más vulnerables y a las empresas para que mantengan su competitividad.
En este sentido, ha recordado los 334 millones que entre 2022 y 2023 se pusieron a disposición de los colectivos vulnerables para hacer frente a la subida de precios y energía como consecuencia de la Guerra de Ucrania. Así como los 528 millones del plan de inversiones en infraestructuras activado con las diputaciones.
Una de las claves para sostener esta senda está en la ejecución de los fondos europeos. El consejero de Economía y Hacienda ha reclamado su rápida ejecución tratando de evitar que la conformación del Ejecutivo tras las elecciones generales retrase más el desarrollo de «un mal diseño del Gobierno español» al que ha pedido que los «aterrice de una vez por todas».
Según ha explicado el vicenconsejero de Economía, Iñaki Barredo, el impacto del dinero de Bruselas tiene una afección media anual del 1,6% sobre el PIB vasco hasta 2026. Durante 2021, 2022 y 2023, ha explicado, el impacto ha sido menor, en paralelo al despliegue de las ayudas, pero en 2026 podría representar hasta un 2,5% sobre el crecimiento económico en Euskadi.
Sobre la fiscalidad, el consejero de Economía y Hacienda ha reconocido a EL CORREO que toca afrontar la reforma porque es parte del compromiso y debe hacerse este año, aunque ha optado por dar un tiempo a que las diputaciones puedan acabar de arrancar la legislatura con los nuevos gobiernos.
Hasta ahora, la recaudación ha subido este año un 6% en el conjunto de las haciendas forales y las empresas reclaman un cambio en los impuestos que permitan ayudar a las inversiones que deben afrontar para la transición energética. Así lo hizo este mismo mes la nueva presidenta de Confebask, Tamara Yagüe.
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