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El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha confirmado abiertamente este lunes que el Gobierno central trata de impulsar una OPA alternativa sobre Talgo que impida al grupo húngaro Magyar Vagon hacerse con el fabricante de trenes de alta velocidad de origen vasco.
En un desayuno ... organizado por Europa Press, el responsable de la cartera de Transportes ha insistido en el rechazo del Ejecutivo al intento de un consorcio industrial crecido al calor del Gobierno de Hungría de hacerse con Talgo por 617 millones de euros. Se refiere a la oferta lanzada en una OPA amistosa que cuenta con el respaldo del fabricante de trenes y sus accionistas principales, que busca reforzar la capacida de producción de Talgo, ahogada con una cartera de 4.200 millones de euros en pedidos a la que no puede hacer frente.
El Gobierno, tal y como ha confirmado Puente este lunes, considera que la Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada por el grupo Ganz-Mavag sobre Talgo plantea un «problema geopolítico», por lo que está a la espera de que se constituya una alternativa española por parte de otros inversores, con el auspicio del Ejecutivo de España si fuera necesario.
Puente ha insistido en que Talgo es una «compañía estratégica a la que hay que defender». Sobre la oferta, que se ha solicitado autorización formal al Gobierno, ha señalado que «la observamos con el máximo cuidado y a la espera de que otros actores entren en juego, entre los que se encuentran inversores y otros fabricantes. Se puede constituir una alternativa sin el auspicio del Gobierno, pero si hubiera que auspiciarla, valoraríamos esa opción. En eso estamos», ha añadido.
Moncloa ha intentado sin éxito con otro fabricante vasco, CAF, lanzar una operación alternativa. Pero el constructor con sede en Beasain (Gipuzkoa) ha rechazado la operación. Su apuesta estratégica no pasa actualmente por la alta velocidad, y su expansión y fabricación está creciendo mucho en Francia, donde cuenta con dos importantes plantas, además de trabajar en el desarrollo de la digitalización de la señáletica del tráfico de trenes.
Otra de las compañías a las que se ha acercado el Ejecutivo ha sido Stadler. El fabricante de trenes suizo tiene en Valencia una importante fábrica de 200.000 metros cuadrados que emplea a casi un millar de personas. El gigante internacional no tiene producción de trenes de alta velocidad y, hasta ahora, ha desisitido valorar una compra de Talgo.
Aún así, los incentivos económicos del Gobierno podrían ayudar, así como la contratación de trenes del operador público, Renfe.
Más allá de preservar la españolidad de Talgo, Puente se ha referido al problema geopolítico que plantea esta operación. Tiene una tecnología que incluso atañe a la movilidad militar de otros países como los bálticos, y todavía pesan los posibles nexos rusos o de extrema derecha del oferente húngaro (participado por el Estado de Hungría) a los que ya se ha referido en alguna ocasión el ministro.
Además de todo ello, Puente no cree que las fábricas de Ganz-Mavag en Hungría tengan la capacidad suficiente para resolver todos los problemas de producción que tiene Talgo. «La tecnología de Talgo es muy moderna. No tenemos muy claro que las fábricas de Hungría tengan la capacidad para, en el corto plazo, resolver el problema de falta de producción que tiene Talgo. No es lo mismo tener una fábrica ahí, medio vacía, con una mano de obra acostumbrada, por ejemplo, a amolturar, que la tecnología de soldadura de aluminio. No parece que sea eso tan fácil de hacer en Hungría como se dice», ha justificado.
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