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Como estaba previsto, tanto el Gobierno de España, como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) han autorizado la operación por la que Ibermática se integra en el grupo nacional Ayesa. La operación de compra por parte de la compañía andaluza se formalizó el pasado 24 de agosto e integra al grupo guipuzcoano en un entramado nacional con 11.000 trabajadores y una facturación de más de 640 millones de euros que tiene presencia en más de 20 países de Europa, América, África y Asia.
El objetivo de Ayesa, propiedad de la familia Manzanares y con una participación mayoritaria del fondo A&M Capital Europe, es crear un 'campeón nacional' que pueda competir en servicios de informática y consultoría para la digitalización con gigantes como Accenture o IBM. Para esa operación cerró un acuerdo de adquisición del 100% de Ibermática el pasado agosto por alrededor de 160 millones. Una cantidad que se repartirán los accionistas de la empresa guipuzcoana: el fondo ProA Capital (con un 61%) y Kutxabank que tenía un 15% de las acciones tras reducir su posición desde el 47%. Y es que en los orígenes de la tecnológica vasca estaba la Caja de Ahorros de San Sebastián. El resto de las acciones se reparten entre la ONCE y los directivos.
Pérdida de arraigo
El caso es que la operación supone la pérdida de socios vascos de una compañía estratégica que, con 4.500 empleados, desarrolla servicios clave para la administración, como los recuentos de las elecciones, los servicios digitales de Osakidetza o la aplicación de Ticket Bai para las haciendas forales. El crecimiento de Ibermática ha sido exponencial hasta alcanzar el pasado año unos beneficios que se incrementaron un 54%, hasta los 11,3 millones de euros. Y es que la digitalización impulsada por la pandemia ha terminado por catapultar a la compañía vasca, que se había fijado el objetivo de alcanzar los 500 millones de euros de facturación en 2025, con un aumento de plantilla que llegaría a los 5.000 trabajadores. Un plan que pasaba por seguir comprando empresas, práctica que estaba haciendo habitual con dos adquisiciones anuales, como la última de El Arte de Medir (EAM), centrada en el análisis de datos o ITS, la compañía de ciberseguridad comprada en 2020.
Los nuevos propietarios mantendrán el empleo de Ibermática y reforzarán sus planes de desarrollo en una estrategia que ya trasladaron al Gobierno vasco este otoño en una reunión mantenida con la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en la que trasladaron su compromiso no solo con mantener la sede y plantillas vascas, sino con el impulso de su crecimiento.
Ibermática comenzó su andadura con una de las primeras calculadoras de San Sebastián. Un dispositivo gigante que se puso a disposición de las empresas en 1960 con una firma que respondía al nombre de Central Calculadora Electrónica. Posteriormente, en 1973, la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián junto a Telefónica desarrollaron esa empresa fundando Ibermática. Hoy es el proveedor de servicios que los ciudadanos utilizan con asiduidad, como la aplicación digital de Kutxabank, la solicitud de cita 'online' en Osakidetza o la implantación del sistema de facturación electrónica, Ticket Bai.
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