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Una cosa es lo que se promete en campaña electoral y otra muy diferente lo que se puede llevar a la práctica cuando se accede ... al poder. Lo sabe bien el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, que allanó su camino al Palacio de la Moneda con propuestas que algunos tacharon de comunistas y que alarmaron a muchas empresas. «En la primera vuelta hizo promesas bastante transformadoras y progresistas para un país tan conservador como Chile», analiza Pablo Villoch, un vasco que reside en el país desde hace dos décadas y que actualmente es allí socio de Glocalminds.
«En la segunda vuelta, sin embargo, tuvo que moderar su discurso para acceder al voto de la mayoría. Y, ahora, en su primer discurso con los empresarios ha dado señales de altura de miras y de perspectiva», añade. Moric apuesta por reformas graduales que acerquen a Chile al modelo de socialdemocracia europeo, y muestra de ello es que ha nombrado a Mario Marcell, actual presidente del Banco Central de Chile, como ministro de Hacienda. «Da tranquilidad a los mercados y denota que no se van a hacer locuras populistas», asegura Villoch.
No obstante, es evidente que se avecinan cambios relevantes que pueden tener impacto en las 60 empresas vascas implantadas en Chile, entre las que se encuentran nombres tan relevantes como los de Sener, Arteche, CAF, Solarpack o Ingeteam. «Boric está a favor de una mayor carga fiscal, del intervencionismo económico, de la sustitución del sistema privado de pensiones por otro estatal, de la subida del salario mínimo, de la reducción de la semana laboral y de introducir más cotizaciones e impuestos para cambiar los sistemas de salud y educación, entre otras medidas», enumera Rubén Martínez de Marigorta, gerente de UR Global Chile, dedicada a la implantación, asesoramiento y gestión de empresas vascas en el país. «Eso ha puesto en alerta a las empresas vascas y españolas en general», reconoce.
En cualquier caso, Martínez de Marigorta coincide con Villoch en que el presidente electo, que asumirá el cargo en marzo, ha rebajado la ambición de sus reformas económicas. Con minoría en una Asamblea Constituyente extremadamente fraccionada y la necesidad de lograr dos tercios de los escaños para sacar adelante cada punto de la nueva Constitución, a Boric no le queda otra salida que optar por la moderación. «No es un revolucionario y evitará enfrentamientos con el sector empresarial chileno. Sabe que en el contexto de la pandemia necesitará estabilizar la economía en los primeros meses de su Gobierno», apunta.
Villoch concuerda con él, y ve ciertos paralelismos con lo sucedido en España tras la formación del Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos. «Con Boric llega un cambio generacional al Gobierno. Los mismos jóvenes que estaban hace diez años liderando las manifestaciones estudiantiles por una educación gratuita y de calidad, ahora están de presidente y de ministros», comenta, en referencia al 15-M español. Xabier Aristi, director general de Kaiku, que lleva presente en Chile desde el año 2001, destaca que «es un país abierto» y también descarta que vaya rumbo de convertirse en una nueva Bolivia o Venezuela.
De hecho, considera que Boric «está dando pasos en la buena dirección», y que «la incorporación de independientes al Gobierno está aportando mucha credibilidad a este inicio de andadura». Algo que apuntala con la apreciación del peso chileno frente al dólar, un hecho que Aristi considera una muestra de que «los mercados le están dando su confianza». Martínez de Marigorta añade que «Chile es un país con normas y reglas jurídicas claras y con muchas posibilidades para invertir en muy diferentes industrias».
Sener es de una opinión similar. «Confiamos en continuar nuestro trabajo en Chile», afirma Jon Escolar, responsable allí de los proyectos de infraestructuras de la empresa de ingeniería, que ha participado en iniciativas como la línea 5 del metro de Santiago de Chile o el corredor ferroviario de vías de carga Santiago-San Antonio.
«Trabajamos para desarrollar las infraestructuras del país. Son proyectos a largo plazo, cuyo diseño y construcción conlleva varios años de trabajo, con lo que no es infrecuente que se produzcan cambios de gobierno durante ese tiempo. Lo hemos visto antes, y lo normal es que los contratos sigan su curso y continúe el plan, al ser obras de interés general para el propio país», argumenta Escolar.
Eso no quiere decir que no se vayan a producir tormentas en algunos sectores. «Si todavía hay algo de incertidumbre y ansiedad, es más por la discusión que comienza ahora en torno a la nueva Constitución que están escribiendo 154 personas. Pretende ser paritaria, superar el extractivismo y superar el neoliberalismo que ha dominado hasta ahora para avanzar hacia un Estado del bienestar», opina Villoch.
«Se está planteando nacionalizar el cobre, retirar concesiones mineras en territorios indígenas o desprivatizar los derechos del agua. Eso podría afectar a empresas vascas como Santana de Bolueta, que fabrica bolas de acero, o a Ulma, que es proveedora de la construcción», concluye.
60empresas vascas de sectores muy diversos tienen presencia en el país.
94,8millones de euros alcanzaron las exportaciones vascas a Chile, que está en el puesto 34.
24,2millones de euros importó Euskadi de Chile, que aparece en el puesto 58.
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