En primer plano el consejero de Hacienda del Gobierno vasco, Noël D'Anjou, junto a la portavoz del Ejecutivo, María Ubarretxena E. C.

El gasto en sanidad será la prioridad del Gobierno vasco en 2025

El nuevo consejero de Hacienda asegura que prefiere un «Presupuesto sin déficit»

Manu Alvarez

Vitoria

Martes, 9 de julio 2024, 13:20

«La salud, tal y como se ha comprometido el lehendakari Pradales en primera persona, será la protagonista principal de las cuentas públicas de 2025. Se garantiza una sanidad pública, universal y de máxima calidad en Euskadi y se impulsará la inversión en salud de ... la infancia y la adolescencia y un envejecimiento orientado a una vida plena», ha asegurado hoy el nuevo consejero de Hacienda del Gobienro vasco, Noël D'Anjou, en la presentación de las directrices presupuestarias para 2025. Vivienda e Industria, en especial el apoyo a la inversión en investigación y desarrollo, será otras de las prioridades del gabinete de Imanol Pradales en el primer año completo de la legislatura. La idea inicial del Ejecutivo es plantear un Presupuesto sin déficit, lo cual permitiría reducir el actual ratio de endeudamiento.

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¿Será el gasto en sanidad el que más crezca en el Presupuesto del Gobierno vasco en 2025? La pregunta no tiene respuesta por el momento y ahí el nuevo titular de la cartera de Hacienda no ha querido mojarse hasta ese extremo. Todo indica que el gabinete aún está en los primeros pasos en la confección de las cuentas y que no será hasta octubre cuando se sustancie la tradicional pugna entre departamentos -más aún siendo un Gobierno de coalición- para conseguir el máximo margen de gasto.

Mirando a la UE

Las directrices presupuestarias son una imposición legal que el Ejecutivo tiene antes de proponer las cuentas que llevará al Parlamento para 2025, pero apenas contienen detalles. El Gobierno vasco no tiene, además, todos los datos que necesita para elaborar su proyecto de gasto para el próximo año. Además de la estimación de ingresos fiscales, que no conocerá hasta bien entrado octubre, queda por pactar con el Estado el límite de déficit y con ello la capacidad de endeudamiento. Unas cifras que, además, están condicionadas por la exigencia que ha hecho ya la Unión Europea de comenzar a apretarse el cinturón o, en sentido más estricto, dejar de gastar más de lo que se ingresa. Comienza en 2025 la fase de corrección de las cuestas públicas de la Unión Europea, tras varios años de estrategia laxa en el gasto y en la deuda para salir del bache generado por la pandemia del covid.

El consejero D'Anjou ya ha anticipado que su deseo es plantear «un Presupuesto sin déficit» -que los gastos no superen a los ingresos-, lo que encaja a la perfección con los deseos de la UE, aunque también ha dejado claro que el País Vasco puede presumir de tener en la actualidad unas cuentas saneadas. En definitiva, que las estrecheces en el gasto que se puedan plantear por parte del Gobierno central sean más flexibles en el caso vasco.

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Sin sorpresas

Además del gasto en sanidad, el consejero ha planteado una hoja de ruta de continuidad con lo que ha sido la política del Gobierno vasco en los últimos años, con una especial atención a las políticas de vivienda y también a la inversión en investigación y desarrollo que, ha señalado, «crecerá al menos en un 6%». La transición energética, el apoyo al sector primario y el impulso al euskera serán, ha indicado el consejero, otras de las prioridades del gasto.

En el apartado de ingresos D'Anjou no cree que haya sorpresas en torno a los ingresos por impuestos si, como parece, las diputaciones ya dejan resuelto este año la devolución del IRPF a los antiguos mutualistas, que tienen derecho a una revisión del tributo abonado en los últimos cuatro años.

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El escenario que maneja el Gobierno en torno a la economía vasca para el próximo año tampoco presenta sorpresas e incluso huye del optimismo generalizado que lleva a muchos analistas a incrementar las tasas de crecimiento estimadas. Por el momento se mantiene la idea de que el PIB vasco crecerá este año el 1,9% y el 2,1% en 2025, cuatro décimas menos que el aumento estimado para la economía española el próximo año. Aunque se prevé que habrá un aumento significativo de la inversión, las tasas consumo aún se mantendrán contenidas y la industria experimentará un lento despertar, tras un periodo de apatía como el que se ha vivido en los dos últimos ejercicios.

Con estas previsiones de crecimiento el Gobierno estima que se crearán el próximo año 16.000 empleos, lo que permitiría situar la tasa de paro el próximo año en torno al 6,8% frente al actual 7,9%. Pese a ello, el porcentaje de parados aún se situará lejos del 3,8% que Euskadi conoció en 2008, justo antes de que estallase la crisis inmobiliaria que derivó también en otra financiera y de deuda pública.

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