Gamesa hunde Siemens Energy, que pide el rescate al Gobierno alemán

El argumento que ha esgrimido Siemens Energy ante el Gobierno alemán es claro. Los negocios más tradicionales de la compañía, ligados a la tecnología energética convencional del gas, el carbón o los combustibles va viento en popa en este momento. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha disparado las inversiones en nuevas plantas de generación convencional de energía -el carbón es una de las opciones, incluso en Alemania-, al tiempo que hay muchos proyectos de infraestructura de suministro de gas para buscar alternativas a Rusia. Así, Siemens Energy se encuentran con fuerte tirón de pedidos en ese ámbito, pero la aventura de la generación eólica ha drenado no solo sus resultados y su tesorería, sino también su crédito ante el sector financiero.

El mensaje es algo así como «sin respaldo financiero estamos condenados a la quiebra». La multinacional tiene en estos momentos una cartera de pedidos que supera los 110.000 millones de euros, pero no cuenta con el oxígeno financiero suficiente para mantener sus operaciones con normalidad.

La empresa presentará el próximo día 15 sus resultados del último año fiscal y ya han anticipado que estarán en línea con las previsiones. Esto es, unas pérdidas multimillonarias que rondarán los 4.500 millones de euros. Y llueve sobre mojado porque los últimos ejercicios también han estado plagados de números rojos.

El lastre de Siemens Gamesa en la multinacional germana es enorme y es consecuencia de varios factores excepcionales, que se añaden a una progresiva reducción de los márgenes de negocio de todos fabricantes de aerogeneradores. En este caso, además, se une el hecho de que hayan surgido numerosos fallos técnicos en el aerogenerador terrestre 5.X, que debía ser la estrella de la empresa en ese segmento de negocio. Hay algo más de 200 unidades vendidas, con continuos fallos, que provocan el derecho de sus propietarios a recibir una indemnización por no alcanzar los porcentajes de disponibilidad y generación eléctrica que están pactados en los contratos. La empresa ha paralizado las ventas de este aerogenerador y el temor de los sindicatos es que, además de paralizar la producción como ya ha hecho, comience ahora una etapa de duros ajustes de plantilla.