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Z. Aldama
Domingo, 13 de junio 2021, 00:47
El transporte público ha sido tractor del vehículo eléctrico. Las flotas de autobuses urbanos ya se enchufan de forma habitual por todo el mundo, y el director general de Irizar E-mobility, Imanol Rego, espera que «en 5 o 10 años» suceda también con los ... interurbanos. En el transporte de mercancías, sin embargo, la electrificación ya es más complicada con la tecnología actual. Aunque Irizar acaba de anunciar la producción de los primeros diez camiones Ie Urban Truck para la recogida de residuos urbanos, sus baterías no parecen la mejor opción para el transporte de largo recorrido.
- ¿Podría entrar ahí el hidrógeno al que tanta importancia se le está dando ahora en Euskadi?
- Sí. Porque su densidad energética es superior a la de las baterías actuales, que en teoría podrían alcanzar 500 vatios-hora (Wh) por cada kilo en el formato sólido. Todavía estamos en 300 Wh, lo cual incrementa mucho el peso de los vehículos para que tengan suficiente autonomía. El hidrógeno alcanza los 1.700 Wh, que es una cifra muy inferior a la del diésel -unos 8.000 Wh- pero que quizá resulte más práctica para el transporte de mercancías.
- ¿Y por qué no también para los automóviles?
- El problema del hidrógeno está en la energía que requiere su generación -electrólisis- y en la complejidad de su red de distribución. La construcción de la infraestructura llevará tiempo, requerirá de inversiones importantes, y necesitará sistemas de seguridad más complejos que los de las gasolineras tradicionales. Sin embargo, la electricidad cuenta con la red mejor red de distribución existente.
- ¿Por qué tecnología apuesta entonces para el futuro?
- Hasta que demos con la piedra energética filosofal, ninguna fuente será capaz de cubrir todas nuestras necesidades. Por eso, en el futuro convivirán diferentes tecnologías. Los híbridos que emiten CO2 tienen los días contados, y parece que la mejor alternativa actual son los eléctricos. Por eso trabajamos en el desarrollo de nuevas tecnologías para el sector, tanto en baterías como en transmisiones y en soluciones en la nube para la gestión de flotas.
- Tienen sobre todo proyectos en Europa, ¿le apena que en Euskadi desplieguen pocos de sus vehículos?
- Un poco de pena sí que da ver nuestros autobuses más en Estrasburgo que aquí. Pero es solo tema de tiempo. No creo en la economía del subsidio porque estoy convencido de que la tecnología tiene que ser competitiva. Pero sí hay que incentivar la transición, y para eso hacen falta inversiones públicas dentro de la sostenibilidad financiera. Impulsar la industria y crear talento se hace fomentando el uso de las nuevas tecnologías.
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