Las haciendas vascas se muestran optimistas al caer la recaudación casi 7 puntos menos de lo previsto

Este revés en los ingresos tiene dos lecturas. Una puramente económica, ya que a una menor actividad económica le corresponde de forma automática una desaceleración en los recursos públicos. La otra es más política, ligada a la estrategia de gestión de las haciendas forales, y que está condicionada por los importantes aplazamientos que se han concedido. En especial a pymes y autónomos.

«Las cosas han ido algo mejor de lo que esperábamos hace tan sólo unos meses», han coincidido en señalar el consejero de Economía, Pedro Azpiazu, y los diputados generales de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, Unai Rementeria, Markel Olano y Ramiro González. También Gorka Urtaran, en representación de todos los ayuntamientos vascos, ha coincidido en la misma idea. Sin quitarle un ápice a la gravedad de la situación que se vive ya en los ingresos fiscales, los responsables institucionales no han ocultado un cierto alivio porque podía haber sido mucho peor.

Pese a todo, los tres niveles instituciones van a tener que hacer juegos malabares para cuadrar las cuentas. Las de este año van a sufrir un agujero considerable. En comparación con lo que se había presupuestado, el revés supondrá perder 2.357 millones de euros, lo que supone unos 1.600 millones en el caso del Ejecutivo de Vitoria. El consejero Azpiazu ha indicado que ese bache se podrá salvar gracias a la emisión de deuda -tendrá que elaborar un proyecto de ley para ello que debe ser aprobado por el Parlamento-, y también con el uso que ya se ha dado de los remanentes de tesorería del pasado ejercicio.

De cara a 2021 las instituciones han hecho una estimación prudente, ya que aunque todos los análisis coinciden en apuntar a una fuerte recuperación de la economía, también es cierto que persisten enormes incertidumbres. «Viendo el panorama que existe en Europa las cosas pueden empeorar», ha advertido Unai Rementeria, tras reconocer que nos enfrentamos a una crisis larga y profunda. Así las cosas, el Consejo de Finanzas ha pactado una estimación del 6,3% en los ingresos para el próximo año, lo que significaría ingresar 14.250 millones de euros. Una cifra que, de confirmarse, nos situaría en un escenario similar al del año 2017. Esta previsión se ha hecho sobre la base del mantenimiento de los ingresos procedentes del IRPF y una recuperación intensa del IVA y los especiales, que están ligados al aumento del consumo.

Pedro Azpiazu ha reiterado hoy su oposición a un aumento de impuestos a corto plazo como reclaman algunas fuerzas políticas. En su opinión «sería contraproducente y generaría una contracción de la demanda, lo que influiría de forma negativa en la recuperación». También el diputado general de Bizkaia ha terciado en la polémica para apuntar que «el desfase de ingresos que se ha generado no se puede tapar con una subida de impuestos ahora. Habrá que recurrir a un endeudamiento prudente, porque luego habrá que pagarlo, y dejar para más adelante el análisis sobre qué hay que hacer con la fiscalidad».