La guerra de los aranceles pasa ya factura al crecimiento mundial

Era lo temido hace meses, aunque es ahora cuando el club de las principales economías del mundo pone sobre la mesa cálculos más concretos. Tras un 2017 relativamente tranquilo, se esperaba que 2018 consolidara los ritmos de crecimiento e incluso se pudiera alcanzar una media del 4% a nivel global. Pero al final no será posible: «la expansión puede haber alcanzado ya su punto máximo», advierte. En la organización que preside el mexicano Ángel Gurría estiman que el promedio internacional del PIB avanzará este año y el próximo un 3,7%, lo que supone una y dos décimas menos, respectivamente, de lo que habían considerado en su informe de abril.

Pero, ¿qué ha cambiado desde entonces? Pues fundamentalmente las tensiones comerciales que van en aumento, a ritmo de amenazas en parte confirmadas luego por parte del presidente de EE_UU, que ha elevado de forma considerable las tasas con las que grava las importaciones que recibe de otros países. China ha sido por ahora el principal objetivo de sus batallas comerciales, después de que la UE logrará este verano un armisticio en lo que le tocaba.

Curiosamente, los paganos de esa mayor conflictividad están siendo por ahora el resto de países. Así, la OCDE mantiene sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos y China prácticamente sin cambios: un 2,9% en 2018 y un 2,7% en 2019 (aquí una décima menos) para el primero, frente a un 6,7% y un 6,4% este año y el próximo el segundo.

Por el contrario, la zona euro sí sufriría consecuencias negativas. Si los pronósticos de la organización se cumplen, su PIB aumentaría dos décimas menos de lo previsto este ejercicio (2%) y otro tanto (1,9%) el que viene, penalizada también en buena medida por los efectos de un 'brexit' que debe cerrarse antes de finales de marzo. Algo similar pasaría en el G-20, otro foro que reúne a las principales economías mundiales incluidas las emergentes, pues su crecimiento medio se ralentizaría una y trés décimas menos respectivamente, quedando en el 3,9% en 2018 y otro 3,8% en 2019.

Mención particular hace la OCDE a dos países que sufren crisis propias como Argentina, cuyo PIB_bajaría un 1,9% este año en vez de crecer dos puntos como se estimaba a principios de ejercicio, y Turquía, cuyo crecimiento económico se rebajara al 3,2% en 2018 (dos puntos menos) y apenas sería del 0,5% en 2019. Ambas sufren un elevado déficit exterior y además tienen mucha deuda en moneda extranjera, lo que les hace especialmente sensibles a las últimas devaluaciones de divisas.