![Jose Galíndez advierte del riesgo de no competir en fiscalidad con otras regiones y países](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202210/13/media/cortadas/galindez13-kx0-U180355256238yU-1248x970@El%20Correo.jpg)
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El presidente del Círculo de Empresarios Vascos, José Galíndez, llamó ayer la atención sobre los efectos perniciosos que puede tener una subida de impuestos, aunque se mostró prudente y no reclamó una bajada. Así, estimó que la fiscalidad es hoy un elemento de competencia entre ... países -y también entre regiones- que puede provocar la deslocalización o atracción de inversiones, pero también admitió que el alto nivel de deuda pública en el que ha incurrido España -el 117% del PIB, que puede escalar hasta casi el 122% en un año- supone una losa y una obligación. «Esa deuda hay que pagarla y tiene que ser con impuestos», advirtió. También recomendó que la Administración aplique un recorte de gastos para reducir el peso de esa deuda y reclamó que en el ámbito público se practique una estrategia «similar a la que se sigue con una economía familiar o en una empresa». Esto es, no endeudarse por encima de las posibilidades.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Galíndez, también vicepresidente de la empresa de promoción de parques solares Solarpack, indicó que «tenemos que ser conscientes de que un territorio, un país, compite también con los impuestos, y podemos atraer o hacer menos atractivo un territorio también por el nivel de impuestos que ponemos. Esto no es un tema simplemente europeo, lo saben los estados en Estados Unidos, los cantones en Suiza y, por supuesto, las comunidades autónomas en España», indicó.
La competitividad fiscal fue inaugurada precisamente por el País Vasco en la década de los años 90, con sustanciosas rebajas en la tributación de las empresas gracias a la capacidad normativa que da el Concierto Económico, pero luego se ha extendido a otras comunidades que han incidido en la fiscalidad personal. En concreto, Madrid y ahora Andalucía y Murcia, se han apuntado a la estrategia de intentar atraer contribuyentes de rentas elevadas con la eliminación del Impuesto de Patrimonio y una reducción casi total del de Sucesiones.
En este contexto, Galíndez valoró de forma muy positiva las recientes medidas adoptadas en el País Vasco, que han permitido una deflactación de la tarifa del IRPF del 5,5%, «porque de no hacerlo -dijo- estaríamos ante una subida de impuestos como consecuencia de la inflación». El presidente del Círculo de Empresarios Vasco se quejó también de algunos argumentos que se utilizan para justificar un hipotético aumento de la presión fiscal a las rentas más elevadas. «Todos estamos de acuerdo en tener un sistema impositivo en función del nivel de rentas, y lo tenemos, ya que las rentas altas pagan más y las rentas bajas pagan menos. Tenemos un sistema tan progresivo como cualquiera y, sin embargo, parece que España o Euskadi tuvieran un sistema donde todos pagan lo mismo», indicó.
Por otra parte, Galíndez también opinó sobre las últimas modificaciones de la Renta de Garantía de Ingresos, RGI. Tras mostrarse favorable a que «los más vulnerables» reciban ayudas sociales, sí advirtió sobre los riesgos que pueden generar. «Lo que tenemos que tener cuidado es si entramos en una dinámica en la que uno tenga que hacer las matemáticas para saber si le interesa estar en la RGI y no acceder al mercado de trabajo», dijo. Así, mostró su sorpresa por el hecho de que convivamos con una tasa de desempleo superior al 12% al mismo tiempo que empresarios de sectores como la construcción, el comercio o la hostelería reconocen «que no encuentran personal».
También puso en evidencia las contradicciones que existen en torno al debate energético, en un momento en el que hay problemas de suministro y los precios están disparados. «Nos gusta mucho hablar de energías renovables -señaló-, pero no nos gusta que estén en el patio de mi casa, y eso pasa con los parques eólicos o con los parques fotovoltaicos. El caso más flagrante es que nos quejamos muchísimo de los precios del gas, pero queremos que lo produzcan otros y no los queremos producir nosotros», concluyó.
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