La Autoridad Fiscal advierte al Gobierno que harán falta nuevos ajustes ante la desviación del gasto

Según las estimaciones de la Airef, frente a una tasa de referencia del 2,6%, el gasto de la administración central alcanza el 4,8%. En el caso de comunidades autónomas y administraciones locales, se eleva todavía más, al 6,7% y al 7,3%respectivamente. Es decir, todas incumplen a mitad de año, gastando más de lo recomendado por las instituciones europeas. «Si se confirman nuestras previsiones de incumplimiento, el Gobierno debe avisar a las comunidades y los ayuntamientos para que presenten un plan económico financiero, con medidas de ajuste por la vía de los ingresos o los gastos», advirtió ayer Cristina Herrero, presidenta de la Airef.

Aunque en el caso de la administración central la normativa no implica medidas preventivas, la institución sí reclamó la comparecencia en el Congreso de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, «para explicar sus desviaciones en el gasto primario neto» y exponer un plan con medidas que se puedan aplicar para volver a la senda de referencia.

«Bajo el escenario actual de la Airef, el cumplimiento de la recomendación supondría alcanzar un déficit en 2024 del 2,3% en lugar del 3% previsto y reducirlo, por tanto, 1,4 puntos de PIB respecto a 2023», explicó Herrero durante la presentación del Informe de Ejecución Presupuestaria, Deuda Pública y Regla de Gasto 2024.

Montero ya dejó claro el martes que el Gobierno que «no pedirá un esfuerzo añadido» a las administraciones locales en los objetivos fiscales y permitirá a las comunidades un déficit del 0,1% el próximo año y equilibrio en los siguientes, dos décimas menos que las planteadas inicialmente. «Este mayor esfuerzo será asumido en su totalidad por el Estado», expresó la ministra de Hacienda. En cómputo global, Moncloa prevé que España acabe 2025 con un déficit del 2,5%; en 2026 un 2,1%; y en 2027 un 1,8%.

Pese a esa corrección que deberían acometer todas las administraciones, la Airef sí confía en que el Gobierno cumpla su objetivo de reducir el déficit al 3% este año. Y mejora su previsión de crecimiento del 2% al 2,4%, gracias al tirón del turismo y la fortaleza del mercado laboral. A esos factores se sumará a partir de ahora la elevada tasa de ahorro de las familias y las mejores condiciones de acceso a la financiación que se prevén con las rebajas de tipos. Pero hasta aquí las buenas noticias.

«Aunque la tasa de ahorro es muy alta, del 8,3% promedio y las familias están ante una situación muy favorable para adoptar decisiones de consumo, es importante ver qué hogares están concentrando ese ahorro», advirtió Esther Gordo, directora de la división de análisis económico de la Airef. Gordo indicó que, según las encuestas del INE y de la Comisión Europea, el nivel de ahorro «se concentra en hogares de mayor edad y mayores niveles de renta, precisamente los que menor propensión a consumir tienen».

Del mismo modo, sus patrones de consumo son distintos, «menos concentrado en vivienda, restauración y más destinado a alimentos y transportes, por lo que podríamos ver cómo esas mayores tasas de ahorro no se trasladan al consumo privado con tanta intensidad como se espera».

Con este telón de fondo, advierten que «buen momento cíclico» de la economía «no se puede confundir con algo estructural». La Airef considera que, para hablar de tasas de crecimiento sostenidas y sostenibles, se deben dar dos factores que aún parecen lejos de alcanzarse: superar la debilidad de la inversión y avanzar en efectividad productiva. Por eso, el organismo considera que el Gobierno peca de «optimista» en sus proyecciones a largo plazo de un crecimiento potencial por encima del 2%. «Va a haber un ajuste fiscal que retraerá algunas décimas de crecimiento», sentenció Herrero durante su exposición.