Finaliza después de 3 años y 8 meses la huelga de Novaltia, la más larga de Europa

La firma, con sede en Zaragoza, tiene su principal centro de trabajo en Lezama y otro, más antiguo, en Zarátamo. Una veintena de trabajadores iniciaron su huelga indefinida en julio de 2019 para conseguir un acuerdo que mejorase las condiciones de trabajo, eliminar los salarios bajos y atajar las discriminaciones del colectivo más precario.

ELA ha destacado este jueves que entre los contenidos principales del acuerdo se incluye la regulación de las condiciones de trabajo que mejoran los contenidos del convenio sectorial estatal. Se incluyen garantías de aplicación que impiden a la empresa modificar las condiciones acordadas, y se conservan los pluses que la plantilla de Bizkaia mantenía incorporando un complemento fijo mínimo para los trabajadores en situación más precaria. El incremento medio de la plantilla será del 26,7%, que en los casos más elevados llegará al 33,7% para los sueldos más bajos.

El fin de la lucha también supone terminar todos los procedimientos judiciales a través de un acuerdo transaccional entre la empresa y las personas en huelga. La primera se compromete por escrito a no llevar a cabo ninguna represalia o medida disciplinaria, como despidos o sanciones, por los actos relacionados de manera directa con las movilizaciones. También se incluyen la posibilidad de salidas voluntarias incentivadas y la cuantía de 9.450 euros por persona, en daños y perjuicios.

Novaltia indemnizará a ELA con 1.345 euros, lo que supone uno por cada día de huelga. El sindicato ha subrayado que el acuerdo resulta «muy positivo» para los trabajadores que llevaron la protesta adelante, y ha defendido que hasta los últimos meses no se percibió la disposición a negociar por parte de la empresa. «La mejora sustancial de las condiciones laborales se ha sustentado en la fuerza y el compromiso de los huelguistas, con movilizaciones diarias delante de las farmacias de la cooperativa y centros de trabajo», han defendido. Además, han puesto en valor la ayuda de la caja de resistencia que alimentan los afiliados con sus cuotas, sin la que no se podría «entender este acuerdo».