Las exportaciones vascas inician el año con otra caída por la crisis de la automoción

Esta caída de las exportaciones es fruto principalmente de la planta vitoriana de Mercedes y de la industria de neumáticos (Michelin Vitoria y Bridgestone en Basauri), que son las que protagonizan las mayores caídas. La crisis del sector de la automoción -derivada de la competencia de China, la ralentización de la economía alemana y la lenta transición hacia el coche eléctrico- ya supuso que las ventas de bienes vascos cayeran el año pasado por primera vez tras la pandemia.

Los datos de enero, por lo tanto, confirman la crisis de un sector que mira con temor los aranceles que pueda imponer Trump a los coches europeos a partir del 2 de abril. El punto de partida ya es, de por sí, poco esperanzador. Solo la venta de vehículos de menos de diez personas -que sigue siendo el mayor volumen exportador del País Vasco- registró en enero una tendencia positiva, ya que aumentó en un 6,5% (hasta los 248 millones de euros).

El resto de envíos relacionados con el automotor, en cambio, sufrieron importantes caídas en el primer mes del año. La venta de neumáticos nuevos de caucho cayó un 30,9%, los vehículos para el transporte de mercancías otro 24,7% y los accesorios para estos coches en un 9,8%.

El declive de los productos energéticos es el otro factor que arrastra al cómputo total de las exportaciones vascas a números negativos, ya que en enero se registró un descenso interanual del 75%, hasta los 729 millones. La cuestión es que la volatilidad de los precios del petróleo golpea sobre unos aceites refinados de Petronor que ya supusieron que su beneficio cayera un 80% el año pasado.