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Con la salida de la crisis, las franquicias viven un renovado auge. Una «reactivación» que en sectores como el del consumo de bienes de primera necesidad se ve reforzada con la vuelta al «comercio de barrio». No en vano, cada vez se opta más por ... la «proximidad» y comodidad de no tener que desplazarse varios kilómetros para hacer las compras. Esa circunstancia es la que ha impulsado al grupo Uvesco -que gestiona los supermercados BM- a explorar un nuevo modelo. Hoy inaugura en el Casco Viejo la primera tienda de este tipo en Bilbao, que se sumará a las ya abiertas en Gorliz y en la localidad cántabra de Soto de la Marina, explica Miguel Ángel Zamorano, director de gestión de BM Supermercados.
El grupo de distribución vasco tiene claro que su «estrategia troncal» seguirá siendo «el crecimiento con aperturas propias», precisa Zamorano al recordar que uno de los últimos movimientos fue la compra en Madrid de la cadena de supermercados Gigante. Aun así no resta relevancia al nuevo modelo de franquicias, utilizado también por otras cadenas. El de Uvesco, bautizado como BM Shop, fue gestado en 2016 a pesar de que veían como «un riesgo importante abanderar un comercio con nuestra marca y que no estuviera a la altura», reconoce. Por esa razón, siguen un riguroso proceso selectivo y -aunque recibieron «unas 400 solicitudes» este año- solo han decidido abrir dos franquicias, la cántabra y la de Bilbao.
«Nuestro objetivo no es la cantidad, sino la calidad», asegura. Y a juzgar por los resultados cosechados en la tienda de Gorliz -la primera en abrir sus puertas, en noviembre del año pasado- el balance es positivo. «Se han cumplido nuestras premisas y el nivel de rentabilidad para el franquiciado casi duplica la media del sector y es posible que para 2018 abra un segundo local en otro municipio», avanza. En cualquier caso, la compañía vasca pensaba que «sería más rápido» el arranque de BM Shop. «Pero tenemos la sensación de que será exponencial. Ya tenemos contactos muy avanzados para que el próximo año se abran otras cuatro o cinco, en Gipuzkoa, Bizkaia y Cantabria».
Las tiendas, detalla Zamorano, deben contar con una superficie media de 200 metros, lo que supone una inversión «de alrededor de 1.000 euros por metro cuadrado», si bien «todo el equipamiento lo pone Uvesco», además del «acompañamiento y apoyo». Cada local dispone de «frutería, carnicería y charcutería» y un total de 5.000 referencias, en las que «tiene mucho peso el producto fresco y local». Además, por cada uno de los establecimientos «se generan siete u ocho puestos de trabajo». «Ayudamos en la selección y formamos a las personas porque es clave tener un equipo bien preparado».
Zamorano incide en que es vital decantarse por un franquiciado «que se involucre en el modelo de BM y con nuestra filosofía». Y aunque provenga o no del sector, tiene que pasar «un periodo de prueba de varios meses en tiendas nuestras para que podamos validar su valía», puntualiza. Otro aspecto en el que son «muy exigentes» es con las ubicaciones para que «sea mínimo el riesgo a asumir» por el particular. Las zonas elegidas por Uvesco pueden jugar a su vez un doble papel: llegar a municipios o lugares donde no habían conseguido presencia. «El ejemplo más claro es el Casco Viejo, en el que resultó imposible montar un supermercado propio», sostiene.
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