De izquierda a derecha, Lucas Irigoyen (El Correo), Sara Jainaga (Sidenor), Manu Núñez (Petronor), Soraya Prieto (Tecnalia) y Antón Pipaón (Tubos Reunidos). Maika Salguero

«Tenemos experiencia en transformaciones industriales y ésta es la de mayor alcance»

Petronor, Sidenor, Tubos Reunidos y Tecnalia debaten la 'Competitividad y la descarbonización' en la industria vasca

Sergio Llamas

Sábado, 15 de febrero 2025, 00:25

El objetivo es hacerlos simbióticos, pero los términos 'Competitividad y descarbonización' se habían convertido en antónimos para una Europa que parecía dispuesta a sacrificar la primera en favor de la segunda. Precisamente ambos conceptos son los protagonistas del último foro Objetivo Actualidad que ha organizado esta semana ELCORREO con el apoyo de Petronor y la presencia de grandes empresas inmersas en el reto de hacerlos convivir: Sidenor, Tubos Reunidos y la propia refinería vasca. El debate también suma al centro de investigación Tecnalia, una cuarta pata –la innovación– llamada a mantener el equilibrio entre el compromiso ecológico y las leyes del mercado. «Tenemos mucha experiencia en transformaciones industriales y ésta es probablemente la de mayor alcance», augura el director de Petronor Innovación, Manu Núñez.

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En un debate conducido por el periodista Lucas Irigoyen, el representante de la petroquímica ha recordado que su principal inversor, Repsol, ha anunciado convertirse en compañía de emisiones cero para el 2050; un anuncio reforzado «con varios hitos intermedios» que se materializarán este 2025, en 2030 y en 2040. «Todo lo que veníamos haciendo no es suficiente y esto desencadena en dos acciones: elaborar un nuevo plan estratégico y explorar tecnologías que nos van a ayudar a conseguir nuestra transición», confía. Lo hace detallando la necesidad de apostar por caminos concretos, como la eficiencia energética, los proyectos de energía circular, los biocombustibles, los proyectos de captura y utilización de CO2 o el uso de componentes sintéticos.

«La adaptación es la clave», matiza el director de Sostenibilidad y desarrollo de negocio de Tubos Reunidos, Antón Pipaón. Lo hace desde el seno de una empresa con 132 años de trayectoria que ha tenido que amoldarse a una larga sucesión de cambios y que, en sus palabras, ahora parece situarse «ante otra revolución industrial» no exenta de «grandes oportunidades»

Esta empresa, que «no solo es electrointensiva sino también gasintensiva», tiene un claro compromiso por impulsar la descarbonización en sus proyectos, pero también por involucrar a sus clientes que igualmente deben «descarbonizarse», aunque reconoce que «hacer que el mercado pague este sobrecoste genera también un reto». Un ejemplo de su apuesta es el lanzamiento de un tubo de cero emisiones netas apoyado en la circularidad y las energías renovables. Con él no solo exploran su sector habitual, el 'oil&gas', sino también los procesos de mecánica pesadas, las energías renovables, la movilidad e incluso grandes infraestructuras de ingeniería como la 'txapela' de Foster al museo de Bellas Artes de Bilbao. «Todos nuestros clientes están interesados en esta solución, pero no todos están dispuestos a pagar por ella», alerta.

Otras demandas

El compromiso con la sostenibilidad es claro y lo evidencian también en la acería Sidenor. Su directora de sostenibilidad, Sara Jainaga, remarca que su apuesta no solo va por reducir las emisiones de CO2, sino también por la eliminación de residuos a través de la economía circular –sus procesos aspiran a revalorizar el 95% de estos restos en 2030 y esta año alcanzan ya un 90%– además de buscar la autosuficiencia. Hace poco desarrollaron 40 MW en ocho plantas fotovoltaicas que cubren un 12% de sus necesidades energéticas.

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Eso sí, no hay solución para todo. «Se ha puesto a las industrias en la situación de asumir unos costes extraordinarios para cumplir con unas obligaciones para las que en ocasiones todavía no existe una solución técnica», alerta. Jainaga recuerda además que la electrificación no soluciona todas las demandas. Ocurre en su caso con el horno de laminación, que demanda altas temperaturas y «solo se puede hacer por la vía del gas».

El reto de la sostenibilidad en la industria es grande, costoso –aunque escalable–, no siempre demandado por todos los mercados y expuesto en ocasiones a una falta de tecnologías maduras, por lo que carga mucho peso a hombros del desarrollo. De eso saben mucho en el centro tecnológico Tecnalia, que en la actualidad tiene en activo «más de 500 proyectos en diferentes tecnologías en las que trabajamos en todos los ámbitos», explica su directora de circularidad, Soraya Prieto. Como advierte, «las industrias no solo tienen la obligación de descarbonizarse», sino también «la necesidad de anticiparse y desarrollar todas sus tecnologías de un modo competitivo». Por eso demandan incentivos que en EEUU están funcionando muy bien, pero que «en Europa van muy lentos», alega. «Es un punto clave. Alguien tiene que asumir el riesgo de las industrias cuando las tecnologías no son suficientemente maduras pero se tienen que aplicar», añade.

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Es una opinión extendida. El director de Petronor Innovación remarca que en los últimos años «la regulación ha sido muy amplia, muy compleja y muy costosa de poner en marcha y eso tampoco ha contribuido al progreso». «Hay tecnologías que no son de mandar, instalar y poner», razona Núñez al hilo de los retos que supone la ambiciosa ruta vasca iniciada con el hidrógeno verde. La apuesta es clara, pero viene condicionada por importantes requisitos como que sea barata, para lo que «se necesita es que haya un mercado que genere pedidos y facilite escalar la tecnología», además de «un despliegue masivo de renovables» con las que alimentar la electrólisis, y una «buena planificación de redes» que conformen «una infraestructura coordinada». «También hace falta un actor, que queremos ser nosotros», reivindica.

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