Entramos en un año que podríamos llamar de 'buenas expectativas, pero incierto'. Con una sensación en el sector industrial de querer activar múltiples proyectos pero que la realidad nos hace ver que hay cosas que cuestan arrancar.

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Estamos viviendo diferentes escenarios: una crisis sanitaria de la que estamos saliendo, pero con miedo a las nuevas variantes, el encarecimiento de la energía, el petróleo, las materias primas, la falta de suministros. La espiral perfecta para provocar una inflación inesperada y una sensación de incertidumbre.

Nos encontramos en un ecosistema complicado, donde no podemos actuar de manera aislada a nuestro entorno. Como industria y como parte de la sociedad necesitamos crecer y ofrecer mayores espacios donde los diálogos sociales sean una prioridad y un camino para implementar acciones que permitan paliar o redimensionar las consecuencias de la escasez de materia prima, de los chips o la falta del personal cualificado.

Desde VINCI Energies Spain en general, y desde Euskadi en particular, continuaremos trabajando por la Transformación Digital y Transición Energética y seguiremos apostando por conceptos como el autoconsumo, eficiencia energética o movilidad sostenible donde queda mucho camino y es el momento de hacerlo. No debemos olvidar el papel fundamental del ciudadano, por lo que trabajamos, y trabajaremos durante el 2022, con los ayuntamientos y las administraciones en concienciar, educar a la sociedad sobre el escenario actual en el que se desarrolla y ejecutando de la manera más responsable, sostenible e igualitaria lo que la sociedad necesita.

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