Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión

Cuando el 15 de septiembre de 2008 se produjo la quiebra de Lehman Brothers, la crisis de Wall Street era ya imparable. La burbuja inmobiliaria en EE UU había estallado y el hecho de que la Reserva Federal estadounidense no acudiese en rescate del banco ... de inversión norteamericano produjo una reacción en cadena de fallidos en el sistema bancario de todo el mundo. Lehman Brothers, con 26.000 empleados, causó un agujero de 613.000 millones de dólares, lo que se tradujo en la mayor quiebra de la historia. No fue un caso de gestión fraudulenta pero su caída se ha incluido en todos los manuales de gestión financiera preguntando cómo pudo llevarse por la dirección del banco una gestión tan desastrosa del riesgo de interés.

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Quien se halla ahora en el ojo del huracán es Evergrande, el coloso inmobiliario chino que amenaza con poner patas arriba el ya precario orden financiero internacional de nuestros días. Las bolsas y mercados globales se muestran cautos ante la posibilidad de que la inmobiliaria más endeudada del planeta reproduzca el momento Lehman sucedido 13 años atrás.

El contexto no es tan diferente. Lehman operaba en un mercado libre y el cierre de líneas de tesorería por parte de la banca privada abocó en su quiebra. El sistema bancario chino es público y Evergrande caerá sólo si Pekín lo tolera. Pero el Gobierno viene insistiendo en la necesidad de establecer líneas rojas al apalancamiento de las empresas inmobiliarias aunque, lógicamente, el apretar en exceso las clavijas incidiría a la baja en la marcha económica del país.

He aquí algunos datos: El mercado inmobiliario chino supone el 29% del PIB del país, representa el 40% de la deuda bancaria total y un 40% de los activos de las familias están ligados a la propiedad inmobiliaria. Demasiada vulnerabilidad para que el Gobierno no opere con precisión de cirujano ocular. Como es lógico la cotización bursátil de Evergrande ha caído en el año de 17,58 (en el 1 de enero) a 2,36 (el viernes pasado) dólares hongkoneses.

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Los días discurren con la zozobra de no conocer a ciencia cierta como responderá el gigante chino nacido en 1996 a unos vencimientos que en su conjunto ascienden a 300.000 millones de dólares, de los cuales algunas cantidades tienen vencimientos inmediatos, 83,5 millones de intereses sobre bonos vencimiento en 2022 y otro pago, el 29 de septiembre, de 47,5 millones con cargo a obligaciones vencimiento en marzo de 2024. El limbo financiero por el que deambula Evergrande se parece mucho a un esquema Ponzi al vender miles de apartamentos mucho antes de ser construidos y disponer de unos fondos que han ido a parar a recovecos desconocidos de su imperio, ahora tambaleante.

Una fuente tan autorizada como la agencia de calificación Standard & Poors no espera que el Gobierno brinde apoyo incondicional a Evergrande ya que, finalmente, se trata de una empresa privada. Pekín sólo se vería obligada a intervenir ante un contagio de gran alcance que provocase riesgos sistémicos para la economía. Pero Evergrande, por sí solo, no parece conducir a tal escenario. Alternativamente, en lugar de un rescate, el Gobierno podría facilitar las negociaciones y la financiación para garantizar que los inversores individuales y los compradores de viviendas resulten protegidos tanto como sea posible. Según parece, Pekín ordenó al Gobierno provincial de Cantón -sede del conglomerado- a que ayudase a Evergrande, lo cual no es poco.

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Paralelamente, la caída de Evergrande no parece que tenga una incidencia negativa en el sistema bancario. El banco central chino realizó recientemente una prueba de esfuerzo que sondeaba la exposición de los bancos al sector inmobiliario. En el escenario 'más severo', el regulador concluyó que los bancos sorteaban airosamente la prueba.

Con el impago de Evergrande, la situación empeoraría sólo si coincidiera con una caída más profunda del mercado. Llueve ciertamente sobre mojado, ya que alrededor del 30% de los impagos de bonos del primer semestre de 2021 en China fueron de empresas del sector inmobiliario. A ello hay que añadir que el mercado inmobiliario chino se ha enfriado paulatinamente. Unas 800 promociones del coloso están detenidas. Se ha producido un primer impago, pero la ley otorga 30 días de periodo de gracia.

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La cuerda se halla en máxima tensión.

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