El coche eléctrico no acaba de arrancar. Aunque el pasado año se vendieron en España 113.776 turismos y todoterrenos electrificados -híbridos enchufables y eléctricos puros-, lo que supuso un 45,3% más que en 2022, esa cifra significó solo un 11,4% del total ... de 962.186 automóviles nuevos comercializados en todo el país. Y aunque en Euskadi la proporción fue algo mejor, ya que se matricularon 3.076 coches enchufables (un 71,2% más que en 2022), su cuota sobre el total de los 24.408 vendidos fue de únicamente el 12,6%.
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El panorama es peor aún si solo se observa la comercialización de eléctricos puros, de los que en España se vendieron 51.614 (un 5,3% del total) y en el País Vasco, 1.535 (el 6,3%).
Estas cifras demuestran que los conductores aún son muy reticentes a la hora de comprar un automóvil enchufable y más aún si se trata de un eléctrico puro. Y hacen muy difícil lograr el objetivo del Gobierno de que para el año 2030 el parque móvil de eléctricos alcance los 5 millones de turismos, cuando ahora solo son unos 200.000.
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A pesar de las cada vez mayores restricciones a la circulación que las autoridades imponen a los vehículos de gasolina y diésel por cuestiones medioambientales, muchos automovilistas ven con recelo los inconvenientes que aún acarrean los vehículos eléctricos. El principal -aparte del precio, sensiblemente más caro, aunque se puede llegar a amortizar por el menor coste de la electricidad en comparación con los combustibles-, la autonomía de sus baterías. Algo que en viajes largos, como los que muchos conductores realizan estos días de Semana Santa, obliga a planificar bien el recorrido teniendo en cuenta donde encontrar los necesarios puntos de recarga para evitar quedarse 'tirados' sin batería en la carretera.
Pero la infraestructura de recarga tampoco avanza en España al ritmo deseado para cumplir los objetivos de descarbonización. Así, a pesar del estirón dado el año pasado en instalación de puntos de conexión eléctrica de acceso público, su número aún está muy lejos de los necesarios para cumplir con el plan 'Fit for 55' de la Unión Europea, que establece la reducción en al menos el 55% de las de emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030.
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En concreto, y según los datos del último Barómetro de la Electromovilidad elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), en Euskadi, aunque los puntos públicos de recarga aumentaron un 68,4% en 2023 -pasaron de 735 a cierre de 2022 a 1.238 a 31 de diciembre pasado- todavía son casi un 40% menos que los algo más de 2.000 que debiera haber tenido para ir cumpliendo con el plan de la UE. Y para alcanzar los objetivos europeos de descarbonización, el País Vasco necesitaría tener operativos a finales de este 2024 unos 2.900 puntos de recarga de acceso público para vehículos eléctricos, más del doble que los actuales. El próximo año tendría que contar con más de 4.100 y en 2030, por encima de los 13.500 puntos.
En el conjunto de España la situación es similar. La red nacional de recarga cerró el año pasado con 29.301 puntos, 11.173 más que en 2022 y un crecimiento del 61,6%, el mayor desde el inicio de instalación de estas infraestructuras. Sin embargo, se quedaron muy lejos de los 45.000 marcados como objetivo para el año pasado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) y en el mencionado 'Fit for 55' de la UE. Es decir, casi un 35% por debajo.
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En este 2024 se debería multiplicar por tres el número de postes de conexión eléctrica instalados el año pasado para al menos acercarse al final de este ejercicio a los 64.000 que fijan los objetivos de descarbonización. En 2025 tendría que haber ya por encima de 90.000 y en 2030, alcanzar los 300.000 puntos de recarga de acceso público.
«No vamos al ritmo que tenemos que ir», afirmó en la presentación del último Barómetro de la Electromovilidad el presidente de Anfac, José López-Tafall. «El despliegue de puntos de recarga lleva más tiempo del deseado y si no aceleramos y resolvemos la falta de coordinación y gobernanza, el binomio mercado-infraestructuras se desacopla», indicó.
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29.301 puntos
públicos de recarga había en todo el país a cierre del pasado año, 11.173 más que al finalizar 2022.
«Nosotros tenemos vehículos eléctricos e híbridos enchufables disponibles; si alguien compra ahora uno de esos vehículos se lo lleva en dos o tres meses, pero con la instalación de puntos de recarga no pasa lo mismo, especialmente con los de alta potencia, que apenas suponen el 5% del total en España», lamentó el presidente de los fabricantes de automóviles.
A este respecto Anfac llama la atención sobre el hecho de que la inmensa mayoría de los puntos públicos de recarga que hay actualmente en España, en concreto dos de cada tres, tienen una potencia igual o inferior a 22 kW. Esto significa que los vehículos que se conectan a ellos necesitan un mínimo de tres horas para recargar sus baterías. Un tiempo que incluso pueden llegar hasta las 19 horas.
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Solo 1.525 de los postes de conexión operativos en todo el país a cierre de 2023, sobre el total de 29.301, contaban con una potencia de al menos 150 kW, lo que permite unos tiempos de recarga inferiores a la media hora.
Y la situación se agrava si se tiene en cuenta que además únicamente 1.164 de esos puntos de recarga rápida están instalados en vías interurbanas, es decir, a lo largo de los 165.365 kilómetros de la red de carreteras de toda España, de los que algo más de 17.200 kilómetros corresponden a autovías y autopistas. Los 361 postes de carga rápida restantes se encuentran ubicados en calles de las ciudades, aparcamientos públicos, centros comerciales...
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En Euskadi, de los 1.238 puntos públicos que había a cierre del pasado año, el 71% (880) eran de una potencia igual o inferior a los 22 kW -más de tres horas de recarga- y solo el 10% (un porcentaje que doblaba al del conjunto de España, aunque en números absolutos únicamente suponían 125 postes) tenían más de 150 kW de potencia, lo que permitía tiempos de recargas inferiores a media hora. Sin embargo, solo 73 de ellos estaban situados en las carreteras vascas. Los otros 52 se ubicaban en distintos lugares en el interior de las ciudades.
Anfac advierte que el despliegue de puntos de recarga de al menos 150 kW a lo largo de las carreteras españolas es «fundamental» para que el vehículo eléctrico pueda ser empleado con garantías en trayectos de larga distancia, permitiendo tiempos de recarga inferiores a la media hora y, en consecuencia, para el verdadero despegue de los automóviles enchufables en el país.
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En este sentido, la asociación de fabricantes señala que según el Indicador de Infraestructura de Recarga, que mide el grado de desarrollo de estas instalaciones públicas atendiendo a su número, España se encuentra en el vagón de cola de Europa, con un índice de 6,7 sobre 100. Detrás solo figuran países como República Checa (5,5) o Hungría (3,3), mientras que la media de la UE es de 14,4. A la cabeza se encuentran Países Bajos (con un índice de 71,1), Noruega (60,4), Francia (19,2) o Alemania (15,8). Incluso Portugal (8,3) está por encima de España.
En cuanto a la clasificación por comunidades autónomas de este Indicador de Infraestructura de Recarga elaborado por Anfac, Euskadi figura a mitad de la tabla con el mismo índice (6,7 sobre 100) que la media de España. Solo Castilla y León supera un índice de 10. Tras ella aparecen Cataluña, Navarra y Cantabria con más de un 9. Y en los últimos lugares, Madrid, Murcia, Canarias, Galicia y Andalucía, todas ellas con un índice inferior a 6.
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Precisamente con la intención de dar un impulso al proceso de movilidad eléctrica y equilibrar las infraestructuras de recarga en los distintos países europeos, en julio del pasado año los Veintisiete dieron el visto bueno definitivo al acuerdo que obligará a que antes de que comience 2026 haya al menos un punto de recarga rápida -de 150 kW de potencia como mínimo-, para vehículos eléctricos cada 60 kilómetros en los principales corredores de carreteras de la Unión Europea, y cada 100 kilómetros en el resto de vías de la red integral transeuropea.
Al finalizar el año pasado, además de los 1.238 puntos de recarga de acceso público operativos, en Euskadi había otros 194, también de uso público, que se encontraban fuera de servicio por hallarse en mal estado, averiados o bien porque todavía no se habían podido conectar a la red de distribución eléctrica a la espera del permiso correspondiente u otras circunstancias administrativas o técnicas. Así, según el balance de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), esos casi 200 postes inoperativos suponen el 13,5% -algo más de uno de cada siete- de los 1.432 que en total había instalados en carreteras, calles, aparcamientos públicos y superficies comerciales del País Vasco. En el conjunto de España, los puntos públicos de recarga fuera de servicio a cierre del pasado año superaban los 7.700 -en concreto, 7.728-, es decir, el 21% del total de 37.029 instalados. Esto es, casi uno de cada cinco no funcionaban para disgusto y enfado de los conductores de vehículos eléctricos que llegaban a ellos ya justos de batería.
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