Euskadi se mantiene como la comunidad con menos paro pese a sufrir también un repunte

Y es que una de los puntos más llamativos en este primer trimestre es que, entre los asalariados, todo el empleo que se ha destruido es temporal mientras que se ha incrementado el indefinido en la misma cuantía, lo que evidencia un claro trasvase. Así, entre enero y marzo se perdieron 15.000 puestos de trabajo eventuales hasta los 191.600. Por contra, se ganaron prácticamente el mismo número trabajadores fijos, hasta sumar un total de 624.800, que no es un máximo histórico pero se le acerca.

En este trasvase ha influido la reforma laboral, que se aplica desde enero, aunque es ahora en abril cuando se notarán mejor los efectos, al acabar el periodo de transición y entrar en vigor el cambio en las modalidades de contratación, con grandes restricciones a la temporalidad. No obstante, también hay que tener en cuenta que en primer trimestre siempre se destruye empleo eventual creado en la campaña navideña.

Con todo, hay una mejora. La tasa de temporalidad ha pasado al 23,5% cuando antes de la pandemia rondaba el 25% en esta época del año. La del sector privado ha caído al 17% mientras que en el público, donde no impacta la reforma laboral, se ha disparado al 47,8%.

Aparte de este trasvase, la base de asalariados ha permanecido sin cambios, pero la pérdida de autónomos ha hecho que en el primer trimestre se pierdan 3.800 ocupados. La caída es del 0,4%, ligeramente inferior a la nacional, y el total se sitúa en 953.200 ocupados. En el último año se han ganado casi 52.000 empleos, un 5,7%.

Por otro lado, el número de parados se incrementó en 2.600 personas en el primer trimestre, casi un 3%, hasta sumar 90.800 desempleados. Eso motivó el citado repunte hasta el 8,7%, si bien sigue siendo la tasa más baja desde 2008, cuando se desató la Gran Recesión. Supone, además, una caída muy significativa desde el 11% que registraba en igual periodo del año anterior. En estos doce meses 20.500 personas han salido del desempleo.