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Euskadi se prepara para la convocatoria del PERTE más ambicioso de los que nutren los fondos europeos para la recuperación. Es el Plan Estratégico para ... el vehículo eléctrico cuya convocatoria acaba de publicar el Gobierno central este viernes. La cuantía de dinero activada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo asciende a 2.975 millones de euros, de los que 1.550 millones serán en ayudas directas y otros 1.425 millones se materializarán en préstamos blandos para las empresas.
El Ejecutivo central espera que estas ayudas generen una inversión total en España de más de 24.000 millones de euros entre el dinero público y el esfuerzo de las compañías del sector. Un torrente inversor del que Euskadi aspira a protagonizar 2.100 millones en diferentes proyectos. Las aspiraciones recogidas en el documento del Gobierno vasco que recoge las iniciativas susceptibles de recibir estas ayudas suponen el 10,6% del total de la inversión generada por la inyección económica del mecanismo de recuperación y transformación europeo. Un aumento importante sobre la proporción que hasta ahora ha ido recibiendo de los fondos europeos en la territorialización del reparto, que ronda ligeramente por encima del 4%.
Y es que para el País Vasco la automoción supone un pulmón económico del que depende casi el 40% de su Producto Interior Bruto. Se trata de una industria que, según señala el clúster de la Automoción de Euskadi, Acicae, da trabajo a casi 40.000 personas y está compuesto por 300 empresas que facturan 14.000 millones de euros al año. El PERTE de la automoción va dirigido a favorecer el aterrizaje del coche eléctrico impulsando las inversiones necesarias para la transformación de toda la cadena de valor de su industria.
Tras varios meses de espera, el Ministerio de Industria activa este viernes la financiación para los grandes proyectos empresariales a los que las compañías, agrupadas en diferentes consorcios, deberán presentar sus iniciativas con en un mecanismo de concurrencia competitiva. Es, por lo tanto, la primera línea de acción para ayudar con los fondos de la UE la transformación del tejido industrial con proyectos renovadores y en los que el coche eléctrico cobra especial importancia.
Las condiciones que fijan las bases de la convocatoria del Gobierno central dan especial importancia a los grandes fabricantes, tanto de vehículos, de componentes, así como de baterías. Uno de estos deberá estar en cada proyecto que debe estar conformado por al menos cinco compañías y cuya composición debe dar un protagonismo del 40% a pymes.
En Euskadi los proyectos que el Gobierno vasco tiene recogidos en su documento Euskadi Next Generation se agrupan en tres bloques y suman un total de 2.100 millones de euros entre la inversión pública y privada. Los más destacados son los que lideran los grandes agentes de la automoción. Destaca Mercedes, que tiene pendiente el desarrollo de su nueva fábrica en Vitoria para la construcción del nuevo modelo eléctrico de la marca alemana y que podría suponer un presupuesto de hasta 800 millones de euros.
Otro de los tractores de la automoción es el fabricante de componentes Gestmap. La firma de la familia Riberas impulsa su fábrica inteligente en Bizkaia con una inversión inicial de 202 millones y con las perspectivas de poder escalarla a otras siete autonomías y otras ocho plantas en Europa.
Otro de los proyectos en los que el Gobierno vasco había puesto su apuesta era la fábrica de celdas de batería BasqueVolt. Una iniciativa que, junto a otras relacionadas con el desarrollo de baterías de automoción, suma una inversión total de casi 1.000 millones de euros. Era de hecho, una línea prioritaria que el Ejecutivo de Urkullu destacó en la carta que envió a la ministra de Economía, Nadia Calviño, destacando las tres áreas que consideraba principales para tener en cuenta en la financiación europea.
La falta de un gran fabricante de automoción en el proyecto y la apuesta de Volkswagen, a falta de confirmación definitiva, por instalar su fábrica de celdas de batería en Valencia, complican el desarrollo de BasqueVolt, al menos en su versión más ambiciosa.
El tercer bloque de los proyectos que en Euskadi buscarán financiación con este Perte de Automoción son los que buscan la adaptación de la red viaria a las nuevas reglas de asistencia para la conducción. El balizamiento de las carreteras con sistemas de control, GPS y 5G requiere una inversión de 181 millones en la red foral.
Las diputaciones vascas plantean además la creación de varios laboratorios de movilidad como Mubil en Gipuzkoa, el Basque CCAM LAB o el Vitoria Mobility Lab. Serían agrupaciones de administraciones y empresas de la automoción para analizar la movilidad urbana del futuro y la introducción de nuevas tecnologías en los vehículos y la gestión de su circulación. Son proyectos que supondrían una inversión total de más de 500 millones de euros.
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