Euskadi cierra 2018 con la tasa de paro más baja de España

Primero, lo más esperanzador. De acuerdo con la EPA, el número de parados se redujo en Euskadi en 9.600 personas en el año (cuarto trimestre de 2018 en relación a igual periodo del ejercicio anterior), con lo que la lista de Lanbide quedó en 98.700. Gracias a esta caída, la tasa descendió un punto y se situó en el citado 9,58% –la PRA, del Eustat, da una cifra más alta, del 10,2%–, el porcentaje más bajo desde finales de 2008, cuando estalló la crisis financiera.

No solo el País Vasco fue la comunidad con menos paro, sino que dos de sus territorios se colocaron a la cabeza en el ranking provincial, solo por detrás de Soria (4,35%): curiosamente la segunda posición no la ocupó Gipuzkoa –se quedó en la tercera, con el 7,56%–, sino Álava, con el 7,39%. Bizkaia se mantuvo más atrás, con una tasa del 11,47%. El desempleo bajó más entre los hombres, cuyo porcentaje si situó en el 9,22%, frente al 9,98% de las mujeres.

En cuanto a la ocupación, el empleo aumentó en 14.800 personas en el año, en lo que ya supone el quinto ejercicio consecutivo al alza, un lustro en que se han generado 58.600 puestos de trabajo, menos de la mitad de lo perdido en la crisis. ¿Cómo se compara Euskadi con el conjunto de España en este aspecto? No muy bien. El incremento de ocupados en el territorio, del 1,6%, es muy inferior al 3% nacional y es el tercero más bajo de las comunidades autónomas, sólo por detrás de Asturias y la Comunidad Valenciana.

Hay, no obstante, una nota muy positiva. En contra de lo que viene siendo habitual en Euskadi, muy afectada por el envejecimiento de su sociedad, la población activa (aquella en edad de trabajar y en disposición de hacerlo) creció en 5.100 personas hasta 1,029 millones, aunque la tasa de actividad, del 56,35%, sigue siendo muy inferior a la de España (58,6%).

Aunque los datos de la EPA hay que tomarlos con cierta cautela por el reducido tamaño de la muestra, son llamativos los resultados que arroja sobre las características de esa ocupación. En el análisis por sectores, atribuye la creación de empleo al ámbito de servicios (+20.300) y a la construcción, mientras que muestra una drástica reducción de 15.300 trabajadores en la industria.

Es más, si se entra en el detalle de los asalariados, el grueso de la fuerza laboral, se observa que sólo se ha generado empleo en el sector público (+11.900 personas), mientras que se destruye ocupación en el ámbito privado. Al menos en las líneas generales esta evolución encaja con la que marcan los registros de la Seguridad Social, que muestran cómo la sanidad y la educación ejercieron de motores de la afiliación en 2018.

En coherencia con estos datos, las mujeres se beneficiaron mucho más que los hombres en la creación de empleo, al ocupar 12.100 puestos frente a los 2.600 de los varones. Pero ellas también se vieron más afectadas por el gran problema que afecta al mercado laboral vasco: la creciente temporalidad. El cuarto trimestre de 2018 cerró con una tasa de trabajadores inestables del 26,5%, por encima del 26,1% de igual periodo del año anterior y solamente algo por debajo del 26,9% nacional.

Esta preocupante temporalidad se concentra especialmente en el sector público, donde se dispara al 35,6%, muy por encima de la media de España. Este aspecto tan negativo del mercado laboral vasco concentró las críticas de los sindicatos. «CC OO vuelve a exigir a la administración pública vasca que se comprometa de manera activa en la apuesta por la creación de empleo de calidad», señalaron los responsables del sindicato en Euskadi. «La situación del empleo es consecuencia de las políticas públicas que se llevan a cabo», censuraron en ELA. Todas las centrales insistieron en la necesidad de rectificar la reforma laboral.